¿Qué ha pasado con el home office?
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A pesar de las modificaciones que se dieron a la ley de trabajadores en México para cuidar más al empleado “remoto” o en casa a raíz de este auge o modalidad que surgió por la pandemia del COVID-19, lo cierto es que muchas empresas compensan muy poco los gastos adicionales que se tienen bajo este formato de trabajo. El descubrimiento tardío en México y bien aceptado por las empresas del famoso home office permitió eliminar tiempos de traslados, ahorrar en transporte, elevar la productividad y bajar costos fijos de oficinas al interior de las empresas.
Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas, pues para algunos trabajadores ha representado un gasto adicional en costos al interior del hogar como pago de energía eléctrica, internet, implementos de oficina y hasta mantenimiento de sus equipos de cómputo. Para ser honesto el trabajo en casa tenía años desarrollándose en otros países como los europeos, sin embargo, en América Latina los trabajadores no estaban preparados para realizar sus actividades dentro del hogar con todos los distractores que ello conlleva. Principalmente tiende a faltarse a la regla de ajustarse a un horario de trabajo.
No obstante, la mayoría de las empresas han mencionado que una vez que se tengan las etapas de vacunación completas y se haya controlado el número de contagios en los países, estarán en la posición de privilegiar el trabajo presencial o híbrido e ir dejando de lado el trabajo total en casa. La reapertura de actividades ha evidenciado que el trabajo en casa no termina por permear en todos los actores de la productividad y quizá el justo medio puede ser el modelo híbrido con algunos días en la oficina y otros en casa.
Sin duda el regreso a un esquema presencial paradójicamente también será un reto interesante para las empresas en México. Según estimaciones del Banco de México, este modelo fue solo una respuesta temporal a la situaciones de salud por la pandemia y que se focalizó en grandes empresas por lo que sería inminente que llegará a su fin una vez que pase la contingencia sanitaria. El propio Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que solo el 5.7 % de los negocios mantendrían este modelo como permanente.