Realizan procesión devotos de la Santa Muerte en Saltillo; agradecen su protección
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El culto a la Santa Muerte, “la flaca” o la “Niña Blanca” ha crecido en el último año y se ha popularizado por los testimonios de magia que sus creyentes cuentan
Una decena de fervientes creyentes de la Santa Muerte participaron en la tercera procesión que fue organizada por Aly Reyes, una hechicera saltillense que se dedica a la lectura de cartas de tarot, creación de amuletos de protección, entre otras actividades de santería, ocultismo y esoterismo.
La procesión partió del Biblioparque Sur, ubicado sobre la calle Otilio Zurdo Galván, hacia el pequeño santuario que honra a la “niña blanca” en la colonia 26 de marzo.
Muchos caminaron, pero otros decidieron montar globos y paisajes con ofrendas en sus vehículos que funcionaron como alegóricos para desfilar a la muerte.
Previo al inicio, los asistentes sahumaron las imágenes y bultos de la Santa Muerte para luego colocarlas en sus vehículos y luego iniciar la peregrinación que al principio se realizaba con el miedo de que el culto fuera rechazado por la sociedad. Sin embargo, con el paso de los años se han sumado más personas y familias para rezarle a la que nos espera a todos al final de la vida.
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“Yo decidí hacer esta peregrinación cada 1 de noviembre, al principio con mucho miedo porque pensé que la gente tal vez iba a volverse contra mí, que me iban a violentar, a golpear, algo así, pero con el tiempo se fueron sumando cada vez más personas que creemos en ella, que le rezamos y queremos que nos siga acompañando en nuestro camino”, explicó Aly Reyes.
Luis Hernández, fiel creyente de la “niña blanca”, expresó lo siguiente: “Feliz día madre, gracias por todo y por tanto. Te amamos tus fieles devotos y te agradecemos por estar en nuestras vidas, por cuidarnos y amarnos tanto. Te rezamos y honramos porque sabemos que vamos hacia ti”, dijo.
Recordó que la Santa Muerte puede estar representada de muchas maneras: sentada en un trono, parada sosteniendo al mundo, o simplemente envuelta con una túnica, con vestido de novia o quinceañera. Pero también de doctora, reina o diosa.
“Ella lo representa todo para nosotros, es a la que le rezamos. Yo estaba muy preocupado por mi situación económica, estaba sufriendo de un mal y ella me ayudó, me sacó del bache, por eso vengo a venerarla, yo ya le di mi vida”, manifestó Luis Hernández.