Saltillo: abandonan casa donde nació y vivió el artista Rubén Herrera

La casa albergó por primera vez el Museo Rubén Herrera y su estado de conservación es “regular”, aunque vecinos refirieron que está deshabitada

Coahuila
/ 14 junio 2024
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La casa donde vivió el pintor Rubén Herrera, en el Centro Histórico de Saltillo, presenta un evidente deterioro, al menos en su fachada, particularmente en su puerta principal.

Está ubicada sobre la calle Nicolás Bravo, entre Juan Aldama y Pérez Treviño, y la puerta original fue sustituida por una nueva, mientras que el resto del marco tiene un evidente desgaste.

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$!La casa donde vivió el pintor Rubén Herrera muestra un evidente deterioro en su fachada, especialmente en la puerta principal.

Los marcos de las ventanas, fabricados con madera, también presentan deterioro, mientras que dos farolas con los vidrios rotos cuelgan de la fachada.

En su fachada hay tres placas que indican sus números exteriores: una con el número tres y dos con el número 342, una de las cuales está rota por el cuarteo del muro.

Al lado de la puerta, se aprecia una placa de mosaicos firmada en 1995 que dice:

“MUSEO RUBÉN HERRERA

Aquí vivió el pintor Rubén Herrera Flores (1888-1933), originario de Villa de Coss, Zacatecas.

Realizó sus primeros estudios en Saltillo, ingresando al Ateneo Fuente en 1901, donde aprendió dibujo con Don Francisco Sánchez Uresti. En Roma estudió en la Academia de San Lucas y con Antonio Fabrés, antiguo director de la Academia de San Carlos de México. Contrajo matrimonio con la pintora Dora Scaccioni Palomba.

Dirigió la academia de pintura de Saltillo, anexa al Ateneo Fuente.

Falleció en la Ciudad de México en 1933 y yace en la Rotonda de los Hombres Ilustres de Saltillo.

El museo con sus obras se inauguró el 20 de febrero de 1971”.

$!Dos farolas con vidrios rotos cuelgan de la fachada de la histórica casa de Rubén Herrera.

CASA DESHABITADA Y EN ESTADO ‘REGULAR’

De acuerdo con vecinos cercanos, la casa está deshabitada y, cada cierto tiempo, acude un cuidador, mientras que el año pasado acudió un grupo de albañiles para darle mantenimiento.

El Levantamiento Urbano Arquitectónico del Centro Histórico detalla que el estado de conservación de la fachada del inmueble es “regular”, como otros mil 232 inmuebles de la zona.

Según el documento y el historiador Carlos Recio, la casa corresponde a un inmueble del siglo XIX y solo restan 127 inmuebles de esa época, frente a 12 del siglo XVIII.

$!Los marcos de las ventanas, hechos de madera, presentan un avanzado estado de deterioro.

Detalló que, tomando en cuenta el arco de medio punto y la estructura de las jambas, se supone que se trata de una casa del siglo XIX.

No obstante, aclaró que, por los materiales, las rejas de las ventanas deben ser de una época posterior, pues debieron construirse con rejas de mezquite como era costumbre en el Saltillo de entonces.

De acuerdo con Recio, académico de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), la casa posiblemente llegó a ser más grande de su tamaño actual, puesto que tiene dos ventanas que dan hacia un terreno que hoy ocupa un estacionamiento público.

$!Una placa firmada en 1995, conmemora al Museo Rubén Herrera, ubicado en la casa del pintor.

“Al ingresar, inmediatamente hay una estancia, una especie de zaguán. Del lado izquierdo estaba la sala principal. Yo alguna vez visité a don Mario, el hijo del pintor que vivía en la casa, y ya estaba en muy malas condiciones en los años 80 y 90, y tenía una gran cantidad de pinturas que también estaban dispuestas en las habitaciones posteriores y que ahora podemos admirar en el Museo Rubén Herrera”, narró Recio Dávila.

HERRERA FLORES, BECADO EN EUROPA

Tal como narra su placa y detalla el historiador Recio, Rubén Herrera Flores fue becado para trabajar y ser discípulo de Antonio Fabrés gracias al talento mostrado en el Ateneo Fuente, lo que le valió ser recomendado al entonces gobernador Miguel Cárdenas para que lo becara.

$!Las dos ventanas de la casa dan hacia un terreno que actualmente es un estacionamiento público.

En Roma, no solo fue discípulo del catalán, sino que allá también conoció a su esposa y también pintora Dora Scaccioni Palomba.

“Tienen tres hijos: Mario, Felipe y María Romana. Mario es quien resguarda la obra de su padre de una manera muy celosa, muy puntual. Durante muchos años, él fue crítico de arte y en 1971 creó el museo en su propia casa, que, como te digo, ya estaba muy deteriorada para los años 90 y hacia el año 2002 aceptó vender su colección para hacer el Museo Rubén Herrera”, narró Recio.

Agregó que para esa época, la Escuela de Artes Plásticas, hoy Facultad, de la entonces Universidad, hoy Autónoma, de Coahuila adoptó el nombre del pintor.

$!La casa de Rubén Herrera, un importante vestigio del siglo XIX, requiere urgentemente acciones de conservación para preservar su valor histórico y cultural.

TERCERA CALLE DE BRAVO, CASA TRES

Recio explicó que es un vestigio importante, reflejo de la época, la placa de mármol de Carrara traído de Italia con el número tres, primero de la casa de Rubén Herrera.

El historiador explicó que lo anterior se debe a que en aquella época se nombraba cada casa dependiendo del orden en el que estaban en cada cuadra.

Ese número normalmente se asignó a las casas hacia 1880, porque se hizo una organización de las calles de manera que había ‘la primera calle de Allende’, ‘la segunda calle de Allende’ y en este caso correspondía a la tercera calle de Bravo. Después se asignaron los números en cada cuadra. Los impares en la acera oriente y los pares en la poniente”, detalló el historiador.

‘ES UNA LÁSTIMA QUE SE CAIGA’

Para Recio Dávila, la casa está en “muy malas condiciones”, lo cual consideró “una lástima”. Señaló que la situación, aunque no se sabe con certeza, es que, como en muchas casas de Saltillo, hay problemas con los intestados o también dificultades entre los herederos. En ocasiones no hay herederos y las casas se vienen abajo.

$!La puerta original de la casa ha sido sustituida por una nueva, mientras que el marco muestra un notable desgaste.

En general, el Levantamiento Urbano Arquitectónico del Centro de Saltillo concluye que, en virtud de su importancia social, económica y cultural, el primer cuadro de la ciudad “requiere de una acción sistemática de cuidado, ordenamiento y conservación que le permita acrecentar su dinamismo y fortalecerse como referente de identidad y motivo de orgullo de los saltillenses”.

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