Osos, bisontes, pecarís, perritos de la pradera y borregos cimarrones del Museo del Desierto disfrutan de alimento congelado ante las altas temperaturas que se han presentado en Saltillo.
En entrevista para VANGUARDIA, Fernando Toledo, director de Desierto Viviente, el área de conservación de la fauna del recinto, detalló que el alimento frío es parte del Programa de Enriquecimiento Ambiental.
Explicó que en dicho programa se busca el bienestar no solo físico -que implica actividades de vacunación y desparasitación- de la fauna, sino que también ya se contempla su salud mental.
En ese sentido, Toledo explicó que la idea es brindarles diferentes opciones de estimulación como exponerles el alimento para que no sea fácil de tomar como colgarlo o enterrarlo para que tengan la posibilidad de rascar o escalar.
“Se hacen paletas del tamaño de cubetas y se les ponen diferentes cosas. Hay algunas que son de carne o incluso sangre de algún ejemplar. Hay otras que son de frutas o verduras”, detalló Toledo.
Aclaró que no es una actividad que se les haga de manera diaria pues se procura que sea una novedad para los animales y no se acostumbren a una sola forma de tomar su alimento.
“Hay otro enriquecimiento que es olfativo, entonces compramos esencias de diferentes olores que se ponen en diferentes puntos del albergue y eso los estimula a estar buscando ciertas fuentes”, detalló el arquitecto de profesión.
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FAUNA ESTÁ ADAPTADA AL CALOR
Toledo también mencionó que tiene la ventaja de cuidar animales que al ser de la región se adaptan al calor.
“Están adaptados a este tipo de climas muy extremosos, como son los del desierto chihuahuense. Los osos y bisontes, que son animales con gran pelaje, están súper acostumbrados a estos calores”, detalló Toledo.
Declaró que al ser animales que están fuera de su hábitat natural, se tienen que ir complementando y apoyando los comportamientos naturales de los ejemplares.
También explicó que estimular a los animales trae beneficios de prepararlos para posteriormente poder regresar a vida silvestre con los comportamientos más naturales.
Si bien aclaró que todos los animales del Mude tienen agua en sus albergues, el experto también relató que hay especies que su consumo de agua es mínimo y se hidratan con el propio alimento.
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Respecto a los ejemplares de osos negros, Toledo mostró que tienen espacios como una fosa con sombra, hierba alta que regula la temperatura, así como una cascada y sus cuartos de noche que también apoyan al pelaje que mantiene su temperatura corporal.
Sobre los bisontes, declaró que les gusta mucho estar al sol aunque para regular el calor, en una acción similar a los humanos, buscan mojarse las patas para estar más frescos.
A PERRITOS LES ESTRESA LA SOMBRA
Fernando Toledo explicó que el área de los perritos llaneros no tiene ninguna planta que genere sombra porque no la necesitan al resguardarse bajo tierra del calor.
“Son animales que son fosoriales, tienen sus madrigueras, si yo les pongo sombras, les pongo árboles, eso los estresa porque les cubre la visibilidad de un depredador, de un aguililla o de un águila”, aclaró.
Explicó que en el albergue se busca imitar los valles de los perritos y que bajo tierra la temperatura se mantiene a 17 grados, lo que les favorece también cuando hace frío.
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REHABILITAN EJEMPLARES PARA REGRESARLOS A HÁBITAT NATURAL
Toledo también explicó para VANGUARDIA que en el Mude se albergan y cuida animales que han sido maltratados, baleados o atropellados, con el fin de que regresen después a su hábitat natural.
Agregó que por ejemplo, Camila y Capi que los osos negros que posaron para las fotos de este medio, llegaron al museo en 2011 pesando un kilogramo y ahora pesan 200.
Señaló que es importante no solo cuidarlos sino hacer una labor de concientización hacia los vecinos de zonas que ya conviven con estos animales, además de contar sus historias.
Aclaró que el reingreso de las especies se busca hacerse de la manera más inmediata posible para que no se acostumbren al cautiverio.
No obstante, también mencionó que no depende exclusivamente del Museo sino de una coordinación con autoridades como la Secretaría del Medio Ambiente de Coahuila, la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.