Saltillo: así se vive la violencia cuando eres una niña; los dibujos de Danna que cuentan su historia

Los niños y niñas expuestos a ciclos de violencia habitual suelen experimentar estrés, ansiedad, miedo y tienen la capacidad de revivir el evento una y otra vez ocasionando “réplicas físicas y emocionales”

Coahuila
/ 18 julio 2023
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Cuando los niños y niñas se exponen a un evento traumático, sus respuestas físicas y psicológicas pueden variar: algunos pueden volverse temerosos, ansiosos, preferirán quedarse en casa, cambiarán sus rutinas e incluso presentarán problemas para conciliar el sueño o para concentrarse en la escuela, de acuerdo con la representante de la Fundación Luz y Esperanza, Rosa María Salazar Rivera.

En otros casos los niños y niñas expuestos a situaciones de violencia aprenden a resolver sus conflictos de forma impulsiva, muchas veces violenta, perpetuando el mismo ciclo que puede llegar a manifestarse a lo largo de su vida.

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Esto, sin duda, es un problema que debe atenderse y erradicarse desde la raíz, señaló Salazar Rivera, concientizando a los padres y madres de familia.

“Muchos de los casos con los que nos hemos topado es que las mujeres en situación de violencia quieren agradar al hombre para que no se les vaya y no alcanzan a percibir que son víctimas de un delito, y en estos contextos los niños y niñas escuchan la violencia que se ejerce hacia ellas, pero también en ocasiones son receptores de esa violencia”, comenta Rosa María Salazar Rivera.

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Danna Vargas, de 12 años, lo vivió en carne propia, pero quiso expresarlo de otra forma.

Es autora de una serie de 15 dibujos que conformaron la exposición “El arte de Sentir”, que se montó en una de las salas de la Fundación Luz y Esperanza para llamar a las familias y enseñarles las afectaciones que pueden llegar a sufrir niños y niñas en situación de violencia.

Cada uno expone las emociones a las que se enfrentó en distintos escenarios del ciclo de la violencia: al presenciar una pelea, escuchar gritos, sentir miedo por las discusiones, manifestar enojo por estrés, o cómo se siente cuando “la tormenta termina y al final sale un arcoiris”.

“Cuando los empecé a dibujar me sentí un poco nerviosa y a la vez un poquito enojada porque los empecé a hacer en silencio, intentaba no recordar y no molestarme, pero luego me di cuenta que necesitaba apoyo, necesitaba a alguien que estuviera a mi lado, que me diera ánimos”, expresó Danna.

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Dijo que estos dibujos los suele compartir con sus familiares y amigos más cercanos, con quienes también busca hablar sobre la violencia que vivió durante su infancia.

“El arte me ayudó mucho, intenté plasmar todas las emociones que tenía guardadas, todo lo dibujé y quise que se quedaran ahí en las hojas y no en mi interior; yo lo que le diría a los niños que viven violencia es que lo intenten, que plasmen sus emociones ya que es relajante y se siente que tu mismo puedes salir adelante y expresarte mejor y sin violencia”, expone Danna.

Sin embargo, la violencia que viven niños y niñas puede convertirse en un problema de salud mental.

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En ese sentido, la directora de la Facultad de Psicología de la UA de C, Berenice de la Peña, señaló que es importante que los familiares de niños y niñas encuentren apoyo y asesoramiento para poder lidiar con sus sentimientos; lo más recomendable es acudir con un profesional de la salud mental que pueda apoyarles con las consecuencias de la experiencia de un acto violento.

“A esto se le llama restaurar la normalidad, sin embargo, hace mucha falta que las mamás y papás sepan que después de un evento violento traumático se haga todo lo posible por que los niños se sientan seguros, que estén disponibles si lo necesitan y que se sientan protegidos de cualquier otro acto, animarlos a que expresen sus miedos, recomendó la psicóloga.

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