Saltillo habla: Puerto de la Virgen, el rincón abandonado por las autoridades
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Puntos de venta de drogas, riñas casi diarias y complicaciones con el drenaje, son algunos de los problemas que aquejan a los residentes
La colonia Puerto de la Virgen es una de las colonias que se encuentran en los bordes de la ciudad, la cual diariamente tiene que lidiar con la poca atención que le brindan las autoridades.
Desde problemas de pandillas, drogadicción y grafiti, son de los principales temas de inseguridad que afectan a los visitantes, donde ya ni siquiera hacen el esfuerzo por eliminar los grafitis, “porque no dura ni un día limpio”.
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Son pocas las calles por las que se puede caminar en la colonia sin que se encuentren paredes vandalizadas, ya sea con marcas de pandillas o simplemente con nombres o letras sin aparente sentido alguno.
“Lo peor de todo es que no la disimulan, ni siquiera tienen que esperarse a la noche, a plena luz del día ya los puedes ver rayando las paredes de los vecinos y drogándose mientras lo hacen”, dijo un vecino.
Señalan los vecinos que son estas mismas pandillas, las que se encargan de llevar a cabo daños a las propiedades privadas, comenzar riñas e incluso, beber e intoxicarse en la vía pública.
Las peleas se han vuelto el pan de cada día; si no tienen lugar diario, lo tienen cada dos días, según dijeron los vecinos y pese a que en muchas ocasiones no se movilicen cuerpos emergencia, siempre hay heridos.
Contrario a lo que podría pensarse, al menos en las calles que rodean la iglesia del lugar, no es común que se susciten asaltos, debido a que la mayoría se conocen entre ellos; sin embargo, bajando en dirección al centro sí lo es.
Además de los problemas de seguridad, la infraestructura de la colonia es una de las complicaciones más grandes que tienen los vecinos, entre las cuales se encuentran y de las que más se quejan, es el servicio de transporte público.
“Esas combis que nos hacen usar, en primera están en horribles condiciones; una vez vi una que su puerta iba amarrada con cinta canela, por dentro, aparte que de ida al centro se llena y vamos todos apretados”, dijeron los vecinos.
Expresan que ni siquiera son “combis”, son vagones con el logo de la ruta y “la bendición del municipio”, por lo que las complicaciones son numerosas. Desde que los conductores manejan mal hasta las condiciones de los vehículos.
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De la misma forma, señalan que la bajada de la calle 33 se vuelve un paso de agua de drenaje, lo que dificulta el paso de los peatones, además que deja una pestilencia que se mantiene ahí durante días.