Saltillo: los niños de hoy no conocen los juguetes tradicionales mexicanos
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La nostalgia de estos juguetes no afecta a los niños de hoy, cuyo entretenimiento ha cambiado, a veces, hasta por un teléfono móvil.
Tráileres de madera, baleros, trompos y yoyos, así como caballitos de palo, canicas, gises para bebeleche y matatenas, entre otros juguetes tradicionales mexicanos apenas sobreviven en la memoria de adultos y mercados de la ciudad.
Ante la demanda de juguetes con pilas, control remoto o artículos tecnológicos que solicitan los pequeños, cada vez es más difícil que un niño o niña sepa volar un papalote, hacer girar una pirinola o juegue con una muñeca “de trapo”.
Así lo aseguran comerciantes del Mercado Juárez y sus alrededores, quienes ya consideran dichos juguetes como souvenirs de turistas o una atracción de adultos mayores como un recuerdo vivo de su infancia, pero no juguetes con los que niños puedan divertirse.
Entre las muchas tiendas departamentales de la ciudad un puñado de comerciantes exhibe estos juguetes artesanales hechos a base de madera, telas y pintura que vuelcan la niñez a la memoria de sus espectadores.
Estos artículos pocas veces son anhelados por niños, deseados hasta el llanto como cuando un pequeño ve al globero e implora que sus padres compren uno para que juegue. Expresan los comerciantes que hace tiempo que no ven a un niño emocionado por rodar un trompo o yoyo, lamentan.
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“Son adultos entre 50 y 60 años que se acercan a comprar algún carrito o balero, se llevan uno o dos aunque sea para tener de adorno”, expresó Salvador Herrera, originario de Hidalgo, quien traslada los juguetes hasta el norte del país para comercializarlos entre 40 y 120 pesos en el Mercado Juárez.
El comerciante, junto a más jugueteros, lamentaron que estos juguetes hayan pasado a ser solo artesanías o adornos, pues la mayoría de los niños prefiere tener celulares y tabletas digitales antes que aprender las destrezas y habilidades que implican los juegos tradicionales.
Exhortaron a los padres para que este Día del Niño inviten a sus hijos a conocer dichos juguetes, su origen e historia, así como practicar, juntos, las habilidades y destrezas que implican, actividad que servirá para la convivencia familiar, siendo ese, consideran, el mejor regalo.
