Celebra Iglesia de Saltillo el Domingo de Ramos
Los templos católicos de Saltillo, como la Catedral, abrieron sus puertas para la celebración del Domingo de Ramos, día que marca el inicio de la Semana Santa
El obispo Hilario González García encabezó en la Catedral de Saltillo la ceremonia por el Domingo de Ramos, en la que llamó a la feligresía a seguir el ejemplo de Jesús y de aplicar en la vida diaria la fidelidad, la obediencia, y la humildad.
Hoy, Domingo de Ramos, recordamos la Pasión de Jesús, pasión en la que hay un ejemplo fuerte de fidelidad, de obediencia, y de humildad, expresó el Obispo en su Homilía.
“Y es lo que les quiero proponer como enseñanzas de esta pasión para nuestra vida personal, contemplar a Jesús y acompañarlo en esta Semana Santa para también nosotros ser obedientes al Padre como Jesús, ser amigos fieles que por amor estamos dispuestos ayudar a los demás, y con humildad, poder vivir nuestra vocación de hijos de Dios en el mundo”, dijo el obispo.
Recalcó que Jesús es el Hijo obediente, pues durante la Cuaresma va a Jerusalén consciente de que corre peligro y de que le traicionarán y le entregarán.
“Esta convicción de Jesús de que viene a cumplir la voluntad de su Padre la mantuvo siempre, sin embargo, como verdadero hombre, sintió terror y angustia, y, sin embargo, como hijo obediente le dice a su Padre ‘que se haga tu voluntad’”, recalcó.
“También nosotros queremos ser obedientes a lo que nuestro Padre Dios nos invita, que sabemos que es vida plena, pero también como humanos estamos limitados, tenemos tentaciones, del miedo, del terror, de la angustia, de ir en contra de corriente”, indicó.
Se refirió a la segunda enseñanza como la fidelidad en la amistad, en el cariño, en la relación con los demás.
“Tal vez nosotros a veces experimentamos en nuestra relaciones interpersonales, la traición, la envidia, el fracaso. Si no estamos impregnados del mismo amor de Jesús, es muy difícil ser fiel, traicionaremos, mentiremos, abandonaremos, entonces la invitación en esta Semana Santa es a permanecer fieles, a aprenderte el amor de Jesús”, indicó.
“Y la tercera enseñanza es ser un rey humilde y pacífico. Los ramos que hoy traemos nos recuerdan esta entrada triunfal de Jesús, pero no como un rey guerrero y avasallador, sino como un rey pacífico, humilde, montado en un borrico”, apuntó´.
Consideró que esa es la tentación de los “reyes” de hoy, es decir, de quienes mandan, de avasallar, de maltratar.