Con noche mexicana, vecinos de la colonia Latino de Saltillo demuestran que otro entorno es posible
Con aportaciones voluntarias y trabajo conjunto, habitantes de la colonia transformaron su plaza en un punto de encuentro, ejemplo de cómo apropiarse de los espacios públicos
Entre mesas adornadas con manteles coloridos, antojitos tradicionales y música de mariachi, los vecinos de la colonia Latinoamericana, al norte de Saltillo, celebraron una noche mexicana. El evento se desarrolló en el parque de la colonia y fue el pretexto para reunir a familias enteras y mostrar cómo la participación ciudadana es clave para rescatar y conservar los espacios públicos.
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Renato Garza, presidente del comité vecinal, explicó que la organización surgió en junio del año pasado, cuando los habitantes notaron el deterioro de la plaza. Desde entonces, alrededor de 55 vecinos se han integrado al grupo, de los cuales unos 20 contribuyen de manera constante con cuotas o apoyos voluntarios. Las aportaciones van desde 50 hasta mil pesos, además de la colaboración en especie o con ideas para actividades.
Con el recurso, los vecinos han financiado mejoras como pintura, limpieza y encalado de árboles, además de un pago que se entrega a Benjamín, quien les apoya con mantenimiento cotidiano. “No se trata de dejarle todo al gobierno; si podemos organizarnos para tener un entorno más digno, hay que hacerlo”, dijo Garza.
La noche mexicana fue una muestra del resultado de ese esfuerzo: familias de todas las edades compartieron mesa, desde adultos mayores hasta niños pequeños. Hubo comida preparada por los propios vecinos, bailes folclóricos en el kiosco y un ambiente que permitió estrechar lazos entre colonos que, a pesar de llevar décadas viviendo en la misma zona, apenas ahora comienzan a conocerse.
La convivencia intergeneracional fue uno de los aspectos más destacados. “Ayer estaba un vecino de 93 años y también un bebé de apenas dos; esa mezcla de edades nos une como comunidad”, comentó Garza. Para los organizadores, ver a los niños correr, en bicicletas o jugar fútbol en el parque es prueba de que el espacio se ha vuelto suyo y genera identidad colectiva.
El comité también ha buscado apoyos externos. Han presentado solicitudes a dependencias municipales y estatales, así como a empresas privadas, para reparar el techo del kiosco y mejorar la infraestructura de la plaza. Aunque reconocen que las necesidades son muchas y los recursos limitados, aseguran que la organización vecinal ha permitido avanzar paso a paso.
Entre los retos que han enfrentado está la resistencia de algunos vecinos que consideran que el mantenimiento debe recaer únicamente en el gobierno. Sin embargo, la mayoría ha respaldado la iniciativa, convencida de que el esfuerzo colectivo incrementa la calidad de vida, la seguridad y el valor de sus viviendas. Además, mantener el parque limpio y ordenado implica también invitar a quienes llevan a sus mascotas a colaborar con el cuidado de la plaza.
“Lo más valioso es la convivencia: ahora hay familias jóvenes que llevan a sus hijos a jugar, vecinos que se saludan porque ya se conocen y un entorno más amigable. Ese es el mensaje: si nos organizamos podemos tener una mejor colonia, sin esperar a que todo nos lo resuelvan desde fuera”, concluyó Garza.
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