Crecimiento urbano en Saltillo: Desarrollos habitacionales dan certeza y orden
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Destaca la Dirección de Desarrollo Urbano la importancia de proyectos formales alineados con el PDDU, para garantizar servicios, legalidad y una ciudad sostenible
El crecimiento urbano de Saltillo enfrenta un reto doble: responder a la demanda de vivienda y hacerlo bajo criterios de orden, legalidad y sostenibilidad.
En ese contexto, las empresas desarrolladoras tienen un papel clave, pues sus proyectos no sólo siguen los lineamientos del Plan Director de Desarrollo Urbano (PDDU), sino que contribuyen a encauzar la expansión de la ciudad para enfrentar los desafíos de una capital en constante crecimiento.
Tal como los explica Haydee Nayeli Castro Gutiérrez, directora de Desarrollo Urbano de Saltillo, cada nuevo proyecto habitacional debe apegarse al Plan Director de Desarrollo Urbano, que establece densidades, usos de suelo, vialidades que se deben respetar y la viabilidad de servicios básicos.
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La funcionaria señaló en entrevista para VANGUARDIA que una vía para un crecimiento ordenado y con certeza legal es a través de los desarrollos inmobiliarios formales, cuyo proceso está verificado en el PDDU de la ciudad.
“Cuando alguien va a querer tramitar, obtener finalmente una licencia de fraccionamiento, lo primero que debe de hacer es sacar un uso de suelo y una serie de requisitos, en donde lo que se va a hacer es, que lo que el desarrollo quiere hacer, lo vamos nosotros a plasmar en nuestro Plan Director, ver qué afectaciones va a tener de vialidad, dónde se va a conectar de agua y drenaje...”.
Ante ello, indicó que empresas con experiencia en el desarrollo inmobiliario de Saltillo, como Ruba, tienen una mayor facilidad para realizar este tipo de trámites.
“Ellos ya tienen la experiencia de hacerlo, ya saben cuál es el abc de las cosas, ya conocen el camino, ya saben los tiempos, ya tienen quién les va a hacer el estudio hidrológico, etcétera”, expuso.
La funcionaria explicó que, si bien el trámite es complejo, las grandes empresas desarrolladoras tienen una ventaja operativa.
Además, la lógica de estos proyectos responde a una tendencia de acercar a las personas a sus fuentes de empleo. Zonas como el sur de la ciudad, ahora con vocación comercial y habitacional, reflejan esa planeación orientada a la calidad de vida: vivir cerca del trabajo para reducir traslados y fomentar una ciudad más equilibrada.
“Lo que una ciudad ideal sería es que tú vivas cerca donde trabajas, porque eso es calidad de vida, entonces lo que va a ir pasando es que se va a ir pegando para allá”, señaló la funcionaria.
ASENTAMIENTOS IRREGULARES, UN RIESGO
En contraste con los fraccionamientos formales, hay asentamientos irregulares que se desarrollan sin estudios ni permisos, ocupando muchas veces áreas de riesgo como arroyos o zonas protegidas, lo que complica la provisión de servicios públicos y expone a los ciudadanos a fraudes.
La arquitecta Castro Gutiérrez agregó que el desconocimiento permite que personas adquieran de buena fe terrenos mediante “promesas de compra-venta”, que no son escrituras formales, lo que luego impide la introducción de servicios básicos.
“Continuamente estamos nosotros haciendo un seguimiento de inspección, viendo que no se vayan a asentar en predios donde no son suyos o en predios donde ellos mismos van a tener un riesgo”.
En ese sentido, expuso que el desconocimiento ciudadano se presta mucho al fraude, por lo que alertó que han detectado pagos que van desde 20 mil pesos hasta algunos arriba de 100 mil por lotes sin certeza legal, por lo que su dependencia realiza campañas de información para advertir a la población.
Por ello, expuso que la Dirección de Desarrollo Urbano trabaja de la mano con Catastro para revisar a detalle la escrituración y legalidad de los terrenos antes de emitir cualquier licencia de fraccionamiento.