Héroe sin capa: Arde casa en colonia Cumbres de Saltillo y empleado de restaurante vecino sofoca incendio (video)
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Del 825 de la calle José María Lafragua, en el fraccionamiento Cumbres, salió una mujer pidiendo ayuda, por el incendio que se inició en un cuarto de la planta alta de su casa.
Afuera lo que encontró fue lo de todos los días, mucho tráfico y ningún peatón, por lo que solo esperaba que sus gritos los escucharan sus vecinos y salieran.
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Los que atendieron sus llamados de auxilio fueron los trabajadores del restaurante Don Arteaga, ubicado casi en contraesquina de la casa siniestrada, y se acercaron al lugar; eran las 11:30 horas, aproximadamente.
A decir de una de las trabajadoras, antes de los gritos notó el humo que se elevaba de la casa vecina, y aunque su hijo de inicio pensó que era una chimenea, ella estaba segura que algo se quemaba y luego vio a la mujer.
Refiere Guadalupe Morales, que la dueña de la casa afectada le contó que su esposo le había encendido una veladora a unos santos que tiene en el cuarto, y que esa debió ser la causa del incendio.
De inicio Guadalupe, su hija Astrid y la mujer valoraron la posibilidad de apagar las llamas con botes de agua, pero como el fuego se empezó a asomar por la puerta del cuarto, prefirieron esperar a los bomberos.
Fue entonces que Sergio decidió tomar el extintor y subir al cuarto por las escaleras metálicas para intentar apagar el incendio. Cuenta que desde la puerta de entrada vio una máquina de coser en llamas y una mesa de billar y algunos botes de plástico, por lo que le quitó el pasador de seguridad al extintor, realizó una pequeña descarga para comprobar la salida y luego dirigió el chorro a la base del fuego hasta que lo apagó.
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Ya con solo el humo saliendo por la puerta empezaron a llevar botes de agua, para no dejar ninguna posibilidad de que el fuego se activara de nuevo; para eso ayudó el dueño de la casa, quien había regresado luego de que le avisaran del siniestro.
AUTORIDADES PROCEDEN
Entre los gritos de auxilio, la explicación de la naturaleza del incendio y su sofocación, y la llegada de los policías municipales, pasaron apenas unos minutos y ya con los oficiales ahí, estos sacaron al patio la máquina de coser que aún humeaba, para que se terminara de apagar.
Luego, a su llegada, los bomberos tomaron control de la situación y revisaron la habitación, para determinar el grado de daños que sufrió y constatar que no tuviera riesgo de volver a encenderse.
Se comentó que la dueña de la casa, cuyo nombre no se dio a conocer, experimentó uno de los momentos más traumáticos de su vida, aunque agradeció profundamente el apoyo recibido.