Íñigo, un vendedor desde la infancia
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Iñigo relató cómo desde su infancia estuvo cerca de los negocios: vendía manzanas de los huertos familiares hasta en vacaciones.
La historia de Íñigo Rumayor y su aventura como cofundador de Regalii, una empresa que brinda servicios internacionales de pago y transacciones, está llena de insistencias y de nunca darse por vencido.
Dentro del Congreso Loud en el ITESM Campus Saltillo, Iñigo relató cómo desde su infancia estuvo cerca de los negocios: vendía manzanas de los huertos familiares hasta en vacaciones.
Durante la conferencia “atrapó” a los jóvenes por su estilo fresco de relatar su aventura, primero en la Universidad de Pensilvania, como estudiante de derecho en línea en la UNAM y como buscador de inversiones con residencia en Nueva York, porque soñó con estar en Wall Street.
Grupo Regalii, que ahora ofrece servicios de pago a través de una plataforma o aplicación, está en nueve países en tres continentes, procesa 15 millones de transacciones de 40 empresas y tiene un crecimiento de un 300 por ciento cada año.
La empresa está por lanzar un nuevo producto para el pago de tarjetas de crédito; pero esta historia no fue siempre de éxito, también pasó por la incredulidad de los inversionistas, hasta que llegaron al punto de negocio que gustó a la gente, principalmente migrantes que viven en los Estados Unidos.
EDUCACIÓN ES LA DIFERENCIA
Rumayor dijo a los jóvenes reunidos que es un creyente de que la educación no acaba en la universidad, porque entre más se preparen, y sobre todo, entre más lean, siempre serán mejores que otros.
Recomendó libros sobre cómo iniciar nuevas empresas, explicó cómo le hizo para aplicar para obtener recursos de diferentes fondos y también cómo obtuvo citas con clientes e inversionistas.
El dato
> Rumayor es economista, pero le hubiera gustado ser programador, porque eso es lo que ahora es más útil, es la herramienta del siglo 21.