La casa que el cura Miguel Hidalgo habitó en Saltillo, por años se pensó que era otra
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Una inexactitud hizo creer que la casa donde Miguel Hidalgo pasó unos días en Saltillo, estaba justo frente del lugar correcto
Las viejas consejas y dos placas —una de mármol y otra de bronce— afirmaban que el lugar ubicado en la calle de Hidalgo y Aldama, esquina oeste, había sido la posada de Don Miguel Hidalgo durante su estancia en Saltillo en 1811.
En la Villa de Dolores, Guanajuato, la madrugada del 16 de septiembre de 1810, el cura junto a los capitanes Ignacio Allende y Juan Aldama, pronunciaron las arengas, ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Abajo el mal gobierno! ¡Viva Fernando VII! Estas acciones se consideraron como el inicio de la independencia de México.
Por aquellos días la Villa del Saltillo se preparaba para recibir una gran cantidad de viajeros, comerciantes y personalidades para la Feria del Saltillo, la cual en 1810, dio comienzo el día 23 de septiembre. Entre las figuras públicas se encontraban el gobernador Antonio Cordero y el obispo de Linares Primo Feliciano Marín y Porras, ambos acompañados de una numerosa comitiva, de igual forma estaban presentes, jefes y oficiales de las topas provinciales de Coahuila, Nuevo León y Nuevo Santander, hoy Tamaulipas.
El 15 de octubre, el Obispo, quien todavía se encontraba en Saltillo, expidió una violenta pastoral, la cual rezaba que los que prestaran cualquier tipo de ayuda a los Insurgentes quedarían excomulgados. Es muy probable que los habitantes de Saltillo no les importó lo dicho por el Obispo, puesto que la gente de Saltillo recibió a los Insurgentes y abrazó la idea de la independencia.
El 8 de enero de 1811 tras una corta batalla en la hacienda de Aguanueva, el general José Mariano Jiménez entró triunfante a Saltillo. El gobernador Cordero y Manuel Royuela, tesorero de las Cajas Reales en Saltillo, emprendieron la huida hacia el norte.
LA FECHA HISTÓRICA
Don Miguel Hidalgo llegó a Saltillo el 5 de marzo, el lugar donde se hospedó fue la propia casa del tesorero Manuel Royuela. La ciudad recordaría el hecho 99 años después, en 1910 fue nombrado organizador de las fiestas del centenario de la Independencia, el político y comerciante Lorenzo Ildefonso Blanco, como cabeza de los festejos, asumió, tal vez por ignorancia, que la casa donde se hospedó Hidalgo fue la ubicada en la esquina suroeste de Hidalgo y Aldama, casualmente esa propiedad le pertenecía a su familia desde el año de 1807.
Para perpetuar la memoria, la junta de festejos colocó una placa de mármol aludiendo el hecho de la estadía del cura Hidalgo.
En 1953 para la celebración del bicentenario del natalicio de Don Miguel Hidalgo, el Gobierno del Estado puso otra placa, esta vez de bronce en la misma casa. El texto dice: 1753-1953 “El indulto es para los criminales, no para los defensores de la Patria” Aquí estuvo la casa que habitó en Saltillo, desde el 5 al 16 de marzo de 1811, el INMORTAL PADRE DE LA PATRIA DON MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA, desde esta ciudad rechazó el indulto ofrecido por el Gobierno Español, señalando a las generaciones mexicanas el camino de la libertad. Saltillo, Coahuila a 5 de marzo de 1953.
Hace tiempo el historiador Álvaro Canales me platicó de viva voz, que por los años sesenta del siglo pasado, la familia Blanco decidió vender la propiedad de Hidalgo y Aldama al señor Abraham Iga, a su vez traspasó la propiedad al señor Salvador José para construir una mueblería. Enrique Martínez dueño de la funeraria, situada enfrente, esquina sureste, presenciaba el derribamiento de los viejos adobes, se percató que la placa de bronce yacía en la banqueta, cruzó la calle y decidió pedir la placa al señor Iga con la idea de rescatarla. Dos años más tarde, la placa de bronce fue colocada en la fachada de la funeraria del señor Enrique Martínez, quienes vieron la placa en el nuevo sitio, creyeron que se cometía un error, ya que por muchos años se había estado enfrente.
En la biblioteca del Centro Cultural Vito Alessio Robles, situado en las mismas calles mencionadas esquina noreste, se encuentra el antecedente de compra del terreno, que el tesorero Manuel Royuela adquirió el 24 de mayo de 1810, consta de un lote, junto a otro que ya poseía.
La propiedad quedó conformada por tres frentes: Al poniente con la calle Real, hoy Hidalgo, al norte con el callejón llamado de la Tesorería, más tarde Galeana y actualmente lleva el nombre de Aldama, al oriente con la calle del Cerrito, hoy Bravo.
LAS COSAS EN SU LUGAR
El tiempo y la casualidad vinieron a poner las cosas en su lugar, gracias al rescate de la placa por parte de Enrique Martínez, padre del ex gobernador del mismo nombre y apellido. Se puede ver el sitio exacto donde debió haberse colocado, el lugar donde estuvo la casa de Manuel Royuela.
Como dice una vieja canción, de la placa de mármol nunca más se supo nada.