Lava el padre Pantoja pies a migrantes en Saltillo
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El sacerdote encabeza acto simbólico de humildad y amor
En memoria de los migrantes asesinados, secuestrados y humillados durante su paso por México, este año los pies de los migrantes fueron lavados por matrimonios voluntarios en la Casa del Migrante de Saltillo.
El padre Pedro Pantoja, asesor espiritual del albergue y defensor de los derechos humanos, presidió la ceremonia en la que él inició con el lavatorio y pidió a los voluntarios que en un acto de humildad hicieran lo mismo.
Durante su mensaje, el sacerdote dijo que los migrantes son revictimizados en su paso por México, pues algunos están condenados al hambre, mientras que otros son torturados, secuestrados y/o asesinados.
“Hay una sociedad criminalizada, quién sabe qué pasará con esas familias de desaparecidos y de los migrantes”, dijo y pidió a los asistentes que en un acto de humildad los abrazaran.
“Todo eso significa un destrozo a la vulnerabilidad de los migrantes que necesitan un acontecimiento nuevo para ellos, algo que los haga sentir que no son candidatos a la muerte o a ser despreciados o criminalizados.
“Con esta esta experiencia del lavatorio de los pies los encamina a la recuperación de lo que han sido despojados, les devuelve su dignidad, les hace reconstruir una esperanza nueva”, dijo.
Recalcó que el amor que tenía Jesús por sus discípulos no era sensiblero, sino que buscaba justicia y devolvía al oprimido toda la recuperación de su situación de dolor.
RECUERDA MASACRE DE SAN FERNANDO
Asimismo, Pantoja recordó el secuestro y múltiple asesinato de los 72 migrantes de San Fernando, Tamaulipas en agosto de 2010. Según el testimonio de uno de los dos sobrevivientes: “Los vendaron, los obligaron a apoyarse contra un muro y luego los balearon.
“Después les dieron tiros de gracia. En el lugar quedaron los cuerpos de 24 hondureños, 14 salvadoreños, 13 guatemaltecos, 5 ecuatorianos, 3 brasileños y un ciudadano indio. 58 hombres y 14 mujeres. 12 sin identificar”, lamentó.
También recordó otros crímenes, como el ocurrido el 13 de mayo de 2012 en Cadereyta, Nuevo León, donde un grupo del crimen organizado cercenó a 49 migrantes originarios de Honduras, Costa Rica y algunos de México para evitar su identificación.