Saltillo en llamas: el trasfondo psicológico detrás de los incendios provocados

El alarmante aumento de incendios intencionales en Saltillo ha llevado a la detención de 15 personas, pero expertos advierten que las causas pueden ir más allá del delito
El aumento de incendios intencionales en Saltillo ha generado preocupación entre las autoridades y la ciudadanía. Más allá de las detenciones, especialista en salud mental advierte que estos hechos podrían estar relacionados con factores psicológicos, sociales y hasta con el consumo de sustancias.
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Entre el 1 de enero y el 8 de marzo, Saltillo registró más de 857 incendios, una cifra que ha encendido las alarmas en toda la ciudad. De manera extraoficial, se dice que, hasta el 12 de marzo, fueron 1049 los incendios provocados en el territorio saltillense.
Terrenos baldíos, arroyos y zonas habitacionales han sido afectados por el fuego, y aunque en algunos casos se ha logrado sofocar a tiempo, en otros las consecuencias han sido devastadoras. Hace apenas unas semanas, un incendio, presuntamente provocado, dejó sin hogar a 18 familias en el sur de la ciudad.
Ante esta crisis, la Fiscalía General del Estado ha detenido a 15 personas acusadas de iniciar incendios de manera intencional. Sin embargo, hasta ahora no se ha aplicado un análisis psicológico o criminológico a los detenidos, lo que deja una gran incógnita sobre las motivaciones detrás de estos actos.
Para entender mejor el fenómeno, consultamos a la psicóloga y terapeuta Ana Berenice de la Peña Aguilar, quien explicó que no se puede asumir que todas estas personas padecen piromanía, un trastorno de control de impulsos que es poco común. Según la especialista, los incendios pueden ser provocados por diversas razones, que van desde la búsqueda de excitación hasta la protesta social.
“El provocar incendios puede ser por diferentes razones. Algunas personas buscan la excitación o el placer de hacer algo negativo que va en contra de las reglas, retando a las autoridades”, señaló. No obstante, también advirtió que el consumo de sustancias es un factor que no se puede ignorar, ya que puede influir en la pérdida de control de los impulsos.
“Aquí es muy importante identificar si las personas detenidas han estado consumiendo algún tipo de sustancia. Hay que revisar sus antecedentes, ver si han tenido conductas violentas previas o problemas de regulación emocional. La piromanía no es tan común, pero el abuso de sustancias sí puede estar relacionado con este tipo de actos”, agregó.
Otro aspecto relevante que menciona la especialista es la posibilidad de que algunos incendios sean una forma de protesta social. Aunque no se ha confirmado esta hipótesis, considera que el contexto de crisis económica, desempleo y falta de atención a la salud mental pueden generar escenarios donde las personas ven en la destrucción una forma de expresar su frustración.
Además, existe el riesgo de que estos actos se propaguen por imitación. Según De la Peña Aguilar, la exposición constante a noticias sobre incendios puede motivar a otras personas, especialmente a aquellas con dificultades en el control de impulsos, a replicar estas conductas. “Definitivamente puede haber un efecto de réplica. Cuando se habla mucho de esto y no hay consecuencias claras, algunas personas pueden sentirse motivadas a hacerlo también”, advirtió.
Para prevenir más casos, la especialista subraya la importancia de detectar señales de alerta en la infancia y adolescencia. “El vandalismo, la crueldad animal, el gusto por jugar con fuego desde pequeños, el uso de sustancias y la impulsividad extrema pueden ser indicios de que alguien podría desarrollar este tipo de conductas”, explicó.
Por otro lado, en cuanto a los detenidos, De la Peña Aguilar enfatizó que es fundamental realizar perfiles psicológicos y criminológicos antes de emitir juicios apresurados. “No basta con detener a las personas y decir que son piromaníacos. Se tiene que conocer su historial, ver qué factores han influido en su conducta y analizar cómo se les puede atender desde un enfoque clínico y criminológico para evitar la reincidencia”, concluyó.
Mientras las autoridades continúan con las investigaciones y la ciudadanía permanece en alerta, Saltillo enfrenta un problema que no solo requiere medidas punitivas, sino una comprensión profunda de sus causas para poder diseñar estrategias de prevención efectivas.