Saltillo: ‘No toma, maneja despacio y casi muere por irresponsables’, hija de maestra pide empatía por víctimas

A propósito del percance del pasado viernes 29 de noviembre por la noche sobre el bulevar Emilio Arizpe de la Maza, frente al fraccionamiento Valle Dorado, en Saltillo, aún hay cosas qué decir.

De lo que se sabe es que hubo muertos, tres, todos jóvenes, uno incluso menor de edad; que hay lesionados, uno de ellos grave e internado en una clínica particular; que participaron tres vehículos, un auto compacto, una camioneta Kia Sportage y otra Voyager.

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Se sabe también que el que conducía el auto compacto iba alcoholizado y a exceso de velocidad y que por una mala maniobra brincó el camellón y cayó sobre la camioneta Kia.

Del brinco y del impacto informó Erika Sarahí, la mujer que conducía la camioneta Voyager. Ella vio de frente todo e incluso se vio involucrada, ya que no pudo evitar el choque con los dos vehículos frente a ella y sufrió lesiones menores.

También se ha dado particular seguimiento a la suerte de los jóvenes, del servicio fúnebre de los fallecidos y de la evolución del sobreviviente y de las complicaciones que sus padres enfrentan para solventar los gastos. Ha habido incluso llamados a la ciudadanía para pedir apoyo.

Además las investigaciones determinaron que era Emiliano Rocha Rodríguez quien conducía el vehículo responsable del percance, y que junto con Jesús Emiliano Siller recogió a los hermanos Márquez Molina poco antes del accidente.

DE LO QUE NO SE SABE

De quien casi nada se ha dicho es de la conductora de la Kia Sportage, a la que se le vino encima de la nada un auto y aplastó su vehículo.

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Ella se llama Candelaria, es maestra de primaria, de la generación 1995 de la Benemérita Escuela Normal de Coahuila y sus amigos la llaman Cande.

Al día de hoy no pasa su mejor momento, ya que sufrió la fractura de cinco costillas y un brazo.

Si bien ya se le intervino la fractura del brazo, se le programó una operación para dentro de unas semanas, ya que el cardiólogo no la ve estable y espera que mejore física y anímicamente.

A propósito de esto, su hija Mitzy publicó en redes sociales una reflexión, sobre la tragedia de los jóvenes y lo que pasa su mamá.

“Sí tengo empatía y sí lamento demasiado la pérdida de los muchachos, pero también deberían tener empatía por los afectados.

“Mi mamá manejaba la Kia, venía de su posada, no toma, maneja lo más despacio posible de noche (porque le da miedo) y aún así, sin deberla ni temerla está hospitalizada.

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“Es un milagro que esté con nosotros y no he visto ninguna nota de los medios de comunicación pidiendo solidaridad o apoyo para gastos de los que salimos afectados, que serán meses para ella de recuperación. Su trabajo era estar con niños, era con lo que se distraía.

“En cambio hacen notas engrandeciendo a los chavos, cuando una mamá, una amiga, una hija estuvo a punto de perder la vida, gracias a irresponsabilidades ajenas”.

A su publicación se han sumado voces que la apoyan, pidiendo que sean más estrictos con los conductores ebrios y que los hagan pagar, señalan además cómo es que le pueden cambiar la vida a una persona en unos momentos y que nadie se haga cargo.

Hasta ahora no se sabe quién se hará responsable de los daños a la salud de la maestra y a la pérdida total de su vehículo.

ALGO DE ESPERANZA

Otra cosa sí se sabe, que la maestra Cande, quien se atiende en la clínica del ISSSTE, tiene una red de apoyo en su familia y amigas que la ayudarán a superar este trance, por que como dicen, “parece ser que volvió a nacer”.