Saltillo vuelca su fe en el Santo Cristo de la Capilla

Con una profunda muestra de fe, Saltillo vivió este domingo una jornada emotiva dedicada a la veneración del Santo Cristo de la Capilla, ancestral representación de Cristo crucificado con alta relevancia histórica para la región. Más de un millar de fieles se congregaron en la Catedral de Santiago para participar en los ritos de una de las celebraciones religiosas más arraigadas en Coahuila.

La jornada inició a las 10:00 horas, cuando la imagen del Santo Cristo fue descendida de su nicho en la Capilla, en un acto de profundo simbolismo. Diversos grupos de fieles se encargaron de llevarla en brazos, recorriendo el atrio antes de ingresar a la Catedral. Las campanas repicaron solemnemente durante el traslado, acompañando las arengas en honor a Cristo.

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El obispo de Saltillo, Hilario González García, ofreció una entrevista previa al descenso de la imagen, destacando el significado espiritual de esta celebración. “Es una expresión de esperanza, y creo que todas las reflexiones a lo largo del novenario nos invitan a poner nuestra confianza en Dios, a abrir el corazón”, señaló.

Monseñor González añadió que la fe es un “don que Dios nos da para servir a los demás con alegría, con disposición y con la certeza de que no estamos solos, sino acompañados por Dios nuestro Señor”. Subrayó además que la imagen del Santo Cristo debe ser “nuestra esperanza y motivación para vivir la fe cristiana católica”.

El obispo también compartió que esta es la quinta vez que participa en esta celebración desde su llegada a Saltillo hace cuatro años y medio, y la definió como una experiencia personal de crecimiento, consuelo y fortaleza. “Es una vivencia que muchos saltillenses comparten”, afirmó, e invitó a los fieles a mantener una actitud abierta al mensaje de Jesús.

González García resaltó el objetivo de ampliar esta devoción más allá de la capital coahuilense, convirtiéndola en una tradición diocesana. “Se ha extendido la novena a parroquias de la ciudad, a la vicaría Guadalupe de Monclova y a la vicaría del desierto, desde San Buenaventura hasta Sierra Mojada”, explicó, invitando a las comunidades de otras regiones a sumarse.

Respecto a una presunta “crisis de fe”, el obispo descartó una baja participación durante su gestión. “En estos cinco años, la presencia ha sido muy buena. Si bien los nacidos en Saltillo son los más entusiastas, se trabaja por compartir esta devoción con las nuevas generaciones”, comentó.

Finalmente, invitó a la comunidad a participar en el novenario, ya sea asistiendo presencialmente a las misas o siguiéndolas por medios digitales. “Más que la imagen, es Jesús crucificado quien nos mira con compasión y nos abre sus brazos en la Cruz para recibirnos”, concluyó. Se estima una asistencia de entre 800 y 900 personas por cada una de las 10 u 11 misas programadas.