Tras 100 años de ausencia el bisonte americano regresa a Coahuila
Una segunda manada de bisontes americanos fue reintroducida exitosamente al norte de México, en las planicies de Coahuila
Durante los primeros meses del año, las planicies del noroeste mexicano se recubren de una manta blanca. El paisaje nevado y las temperaturas bajas podrían desviar la atención sobre cómo los animales locales pastan sobre los campos helados. Después de 100 años, el bisonte americano vuelve a ser uno de ellos.
En marzo pasado, la Comisión Natural de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) del país publicó un comunicado en el que precisaba que, tras una ausencia prolongada, este gigante volvía a pisar tierra mexicana. 9 meses después, la CONANP compartió fotografías de una segunda manada pastando en las planicies de Coahuila, en el norte de México.
“Después de más de 100 años de ausencia del bisonte americano en las planicies de #Coahuila, en 2020 la @CONANP_mx logró el establecimiento de una segunda manada de estos hermoso animales. ¡Miren cómo recibieron el 2021!”, escribió la secretaría de Medio Ambiente, María Luisa Albores, a través de su cuenta de Twitter.
El animal, también conocido como búfalo, fue el rey de los amplios campos del norte de México y las planicies de Estados Unidos y Canadá, donde pastaban en enormes manadas. Hace 300 años, según la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), había en territorio norteamericano entre 30 y 60 millones de bisontes, pero “para 1880, desgraciadamente, la población se redujo a poco más de mil individuos, debido a la destrucción y fragmentación de los pastizales, enfermedades y cacería”.
Gracias a un proyecto conjunto que involucró a las autoridades ambientales, universidades, científicos y con el apoyo del Servicio Nacional de Parques de Estados Unidos, los enormes mamíferos volvieron a pastar en territorio de México.
El bisonte es un animal relativamente calmo, que pasa sus días comiendo pastizales, aunque también es un mamífero ágil, capaz de correr a unos 60 kilómetros por hora. A pesar de la placidez con la que recorren los campos, es un gigante que puede intimidar con sus más de 1,60 metros de altura y un peso que puede llegar a superar los mil kilogramos.