Un sexenio negro para el periodismo en México

Saltillo
/ 21 mayo 2017

Periodistas que cubren la sección policiaca, narcotráfico o corrupción gubernamental, representan una piedrita en el camino que en muchas de las ocasiones son echados a un lado sin piedad

En 2010 en la región comenzó la violencia contra los periodistas”.

Fotos: Vanguardia

En México no se ha entendido que la verdad no se mata asesinando periodistas. La ejecución de Javier Valdez Cárdenas, fundador del semanario Río Doce y corresponsal del diario La Jornada —aunada a la muerte de cinco periodistas más en este año?, ocasionó que casi mil periodistas y reporteros gráficos de todo el país exigieran afuera de la Secretaría de Gobernación que se frenaran las muertes en contra del gremio. 
La protesta logró que el presidente Enrique Peña Nieto se reuniera con 25 de los 31 gobernadores para “entablar estrategias y salvaguardar la integridad de cada uno de los comunicadores”, aunque irónicamente en dicha reunión no fueron invitados precisamente los afectados. 

Para comprender cómo ha sido el fenómeno que ha arrastrado a la muerte a 127 reporteros en México desde el año 2000, el escritor y periodista Juan Alberto Cedillo, analiza la descomposición social que ha repercutido en la violencia ejercida contra los medios de comunicación y sus periodistas en México.

El periodista explica que las primeras balaceras, colgados, descuartizados comenzaron en Reynosa, Tamaulipas en 2004 durante el sexenio del ex presidente Vicente Fox y la administración del ex gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba, ahora preso por los delitos de fraude, asociación delictuosa, vínculos con el crimen organizado, robo de dinero público, lavado de dinero y evasión de la justicia.

 “Por primera vez se registra una pugna entre el Cártel de Sinaloa y el del Golfo junto a su brazo armado los Zetas. Los cárteles rivales se disputaron durante un año la ciudad y fue cuando comenzaron a aparecer camionetas blindadas, armas de alto poder como bazucas y Barret. También comienzan a aparecer las primeras personas colgadas, las descuartizadas, los narcomensajes y toda la violencia que posteriormente se replicó en varias partes de México”, recuerda. 

El también corresponsal de Proceso en el noroeste de México, detalla que en esa región los periodistas sufrieron las primeras agresiones de parte del crimen organizado, pues en ese entonces integrantes de los Zetas buscaban imponer una censura mediática que derivó en que la cobertura de eventos policiacos comenzara a cambiar.

Como consecuencia de la narcoviolencia en el país, numerosos medios de comunicación se aplicaron la autocensura como una medida de protección para sus trabajadores

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Chalecos antibalas para la libertad de expresión El primer medio agredido a partir de las balaceras iniciadas en Tamaulipas fue el diario El Mañana de Nuevo Laredo. En marzo de ese año su director Roberto García Mora fue asesinado de más de 20 puñaladas afuera de su casa “El Mañana es el primer periódico que se impone con la autocensura para ya no publicar noticias relacionadas con el crimen organizado. Anteriormente habían decidido firmar como ‘redacción’ las coberturas informativas y durante un año los periodistas de ese medio utilizaron chalecos antibalas”.

Pese a la violencia ocasionada entre los cárteles del Golfo y Sinaloa en 2004, ni la sociedad ni los periodistas dimensionaban realmente lo que sucedía en esa región fronteriza, los ataques tampoco eran vistos ni comprendidos desde la capital del país de hecho, los mexicanos sospechaban que la violencia en México había aparecido durante el sexenio de Felipe Calderón en 2006 en Michoacán. 

Pero la violencia fronteriza nacida en Reynosa y Nuevo Laredo pronto se extendió a otras regiones de Tamaulipas entre 2005 y 2007. En mayo de este último año en Monterrey se registró el primer incremento de “narcoejecuciones” que en menos de un mes superaron las primeras 100 muertes, una estadística muy elevada en ese tiempo, pues en esa época en Nuevo León no había en promedio de 200 crímenes dolosos por año.

“Los periodistas que comenzamos a hacer esas coberturas tampoco nos dimos cuenta de la dimensión de lo que se venía, pues seguíamos viendo esa violencia como una extensión de asuntos policiacos; aunque para diferenciarlos de las muertes dolosas le pusimos el nombre de las narcoejecuciones”, admite el escritor y periodista Juan Alberto Cedillo.

Ya en 2010 tras la separación de los Zetas como brazo armado del Cártel del Golfo, comenzó en la región una violencia especial hacia los periodistas, pues mientras uno de los grupos quería que se “calentara la plaza”, el otro no quería que se publicara información de carácter nacional. 

En ese entonces, en Reynosa integrantes de ambos grupos rivales comenzaron a levantar y a golpear a periodistas para decirles cómo debían actuar en las coberturas informativas. Lo mismo sucedió después en Monterrey cuando los cárteles compraron a periodistas que se convirtieron en sus voceros. 

“Ellos decidían cuáles notas se van a publicar y cuáles no. También consiguieron el directorio telefónico de todos los periodistas para llamarlos y amenazarlos, repartían dinero; con todo eso se modificó también la forma de hacer periodismo en la región”, lamenta.

En ese tiempo, algunos periodistas ya sabían de la dificultad de hacer las coberturas en temas de violencia, por lo que reporteros del Grupo Reforma comenzaron a filtrar los reportes policiacos para que el resto de sus compañeros llegaran conjuntamente a las escenas del crimen. 

“A partir de ahí cambió el trabajo periodístico y se decidió acabar con las primicias, pues preferíamos sacar en conjunto la misma información. (Sabíamos que) llegar solos a la escena del crimen ya implicaba cierto riesgo, pues colegas se llegaron a topar con los sicarios que los amenazaban; hubo compañeros golpeados y a otros les quitaron el equipo de trabajo en varias ocasiones”.  

Juan Alberto Cedillo, con una amplia experiencia en coberturas sobre corrupción y narcotráfico, principalmente en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, refiere que poco a poco los periodistas modificaron sus propios protocolos de seguridad, pues las coberturas ya implicaban desplazarse en caravanas con los vehículos de las televisoras enfrente para ir en protección. 

En ese entonces, los reporteros se coordinaban antes de llegar a la escena de crimen y crearon protocolos “intuitivos” de seguridad para reportarse con sus compañeros cada dos horas en caso de salir a zonas rurales, pues México no estaba acostumbrado a vivir una situación así. 

Luego de un ataque con granadas de fragmentación a las instalaciones de Televisa perpetrado en 2009, los administrativos decidieron que los reporteros comenzaran a usar chalecos antibalas. La misma situación obligó a hacer lo mismo a Grupo Reforma y la Agencia Reuters.

 

Periodistas asesinados en 2016:

Periodistas asesinados en el sexenio de Enrique Peña Nieto (2013-2016) 3 de marzo 2013/ Chihuahua.- Jaime González Domínguez, Ojinaga Noticias. 
24 de abril 2013/Coahuila.- Daniel Alejandro Martínez Bazaldúa, VANGUARDIA.
17 de junio 2013/ Oaxaca.- Alberto López Bello, diario El Imparcial.
24 de junio 2013/ Tamaulipas.- Mario Ricardo Chávez Jorge, El Ciudadano. 
11 de febrero 2014/ Veracruz.- Gregorio Jiménez, Notisur. 
29 de julio 2014/ Veracruz.- Nolberto Herrera Rodríguez, Canal 9.
11 de agosto 2014/ Oaxaca.- Octavio Rojas Hernández, El Buen Tono.
11 de octubre 2014/ Sinaloa.- Atilano Román Tirado, Así es mi tierra.
16 de octubre 2014/ Tamaulipas.- María del Rosario Fuentes Rubio, Valor por Tamaulipas. 
22 de octubre 2014/ Sinaloa.- Jesús Antonio Gamboa, Nueva Prensa.
2 de enero 2015/ Veracruz.- Moisés Sánchez Cerezo, La Unión. 
14 de abril 2015/ Oaxaca.- Abel Manuel Bautista Raymundo, Spacio 96.1.
4 de mayo 2015/Veracruz.- Armando Saldaña Morales, El Mundo de Córdoba, El Sol de Córdoba, La Crónica de Tierra Blanca y La Grilla Punto.
26 de junio 2015/ Guanajuato.- Gerardo Nieto Álvarez, Nuevo Siglo.
30 de junio 2015/ Veracruz.- Juan Mendoza Delgado, Escribiendo la verdad. 
2 de julio 2015/ Oaxaca.- Filadelfo Sánchez Sarmiento, director de La Favorita 103. 3 FM La Voz de la Sierra Sur. 
31 de julio 2015/ Ciudad de México.- Rubén Espinosa Becerril, Cuartoscuro y Proceso.
13 de agosto 2015/ Veracruz.- Juan Heriberto Santos Cabrera, Televisa. 
8 de enero 2016/ Veracruz.- Anabel Flores, El Sol de Orizaba y El Buen Tono.
21 de enero 2016/ Oaxaca.- Marcos Hernández Bautista, Noticias Voz e Imagen de Oaxaca.
20 de febrero 2016/ Tabasco.- Moisés Dagdug Lutzow, director de la emisora de radio XEVX La Grande de Tabasco.
25 de abril 2016/ Guerrero.- Francisco Pacheco, El Sol de Acapulco. 
15 de mayo 2016/ Veracruz.- Manuel Torres González, Noticias MT.
19 de junio 2016/ Oaxaca.- Elidio Ramos, El Sur.
26 de junio 2016/ Oaxaca.- Salvador Olmos García, radio comunitaria y magisterial Tu un Ñuu Savi.
20 de julio 2016/ Veracruz.- Pedro Tamayo, Al Calor Político.
13 de septiembre 2016/ Oaxaca.- Agustín Pavia Pavia, radio comunitaria y magisterial Tu un Ñuu Savi.
15 de septiembre 2016/ Puebla.- Aurelio Cabrera, El gráfico de Huauchinango. 
10 de diciembre 2016/ Chihuahua.- Adrián Rodríguez, Antena Radio.

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Los ataques contra los medios de comunicación iniciaron en 2010; los “malos” tomaron el control de numerosos periódicos  

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