Se vienen los festivales de primavera en Saltillo, y con ellos los ‘temidos’ cascarones con confeti
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Como cada año, Saltillo se viste de colores y alegría cada primavera con los esperados festivales escolares que inundan las escuelas con diversión y amistad entre los alumnos.
Estos festivales, que celebran la llegada de la estación de las flores, son eventos muy esperados donde los estudiantes de primaria y kínder se divierten en kermeses llenas de creatividad, juegos y delicias gastronómicas. Pero para los padres no siempre significa felicidad.
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Esto debido a que, entre los preparativos, se encuentra conseguir algún disfraz de animal, flor o insecto para los estudiantes más pequeños, así como la elaboración -casi masiva- de los huevos rellenos con confeti o cascarones.
Que además de causar furor entre los estudiantes al divertirse, persiguiéndose entre sí para “reventar los cascarones”, algunos padres se ven angustiados por falta de creatividad y tiempo para realizarlos. Si estás en busca de ideas, VANGUARDIA te comparte algunas técnicas.
>Pintura y purpurina: Pinta los huevos con colores vibrantes y utiliza purpurina para agregar brillo y destellos. Crea diseños abstractos, patrones geométricos o utiliza plantillas para formas específicas.
>Decoupage: Utiliza recortes de papel decorativo o servilletas con diseños interesantes para pegar sobre la superficie del huevo. Aplica una capa de pegamento mezclado con agua para sellar y dar un acabado brillante.
>Técnica de mosaico: Corta pequeños trozos de papel de colores y pégalos de forma ordenada para crear un efecto mosaico. Experimenta con patrones y combinaciones de colores.
>Dibujos a mano: Utiliza marcadores permanentes o pinturas acrílicas para hacer dibujos detallados. Puedes inspirarte en temáticas como animales, flores, mandalas, entre otros.
>Sellos y estampados: Usa sellos de goma con tintas de colores para crear patrones y diseños únicos. Experimenta con diferentes sellos y capas para obtener efectos interesantes.
>Técnica de batik: El batik es una técnica de teñido de telas que se originó en Indonesia y se ha vuelto popular en muchas culturas alrededor del mundo. La palabra “batik” proviene del javanés “amba” (escribir) y “titik” (punto), y se refiere al proceso de aplicar cera sobre ciertas áreas de la tela para crear un patrón resistente al tinte.
Aplica cera de vela en áreas específicas del huevo antes de pintar. Al pintar sobre la cera, esta actuará como resistencia, creando un efecto de batik.
>Colores pastel y tonos suaves: Opta por una paleta de colores suaves y pasteles para un look más delicado y elegante. Agrega detalles en blanco o dorado para realzar la decoración.
>Diseños temáticos: Crea huevos inspirados en festividades, como diseños de conejos para la Pascua o calaveras para el Día de los Muertos. Personaliza los huevos según la ocasión o temporada.
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>Doble capa de confeti: Aplica una capa de pegamento y luego confeti sobre los huevos.Repite el proceso para una mayor densidad de confeti y un efecto más llamativo.
>Huevos degradados: Pinta los huevos con una técnica de degradado, utilizando varios tonos del mismo color. Combina colores complementarios para un efecto visual interesante.
¿DE DÓNDE SURGE LA TRADICIÓN DE ‘LOS CASCARONES’?
De acuerdo con algunas fuentes, aunque esta tradición se celebra en varias partes de Latinoamérica, los huevos decorados rellenos de confeti tienen su origen desde el periodo colonial.
Según algunas historias populares, en México, durante el siglo XIX, en la ciudad de San Carlos, hoy Ciudad Serdán, en el estado de Puebla, una familia adinerada solía celebrar el Carnaval de una manera peculiar.
En estas festividades, la familia llenaba cáscaras de huevos con confeti y las escondía. Cuando alguien encontraba uno de estos huevos decorados, lo rompía sobre la cabeza de otra persona como parte de la diversión y la celebración.
Con el tiempo, esta práctica se extendió y evolucionó, convirtiéndose en una tradición popular durante diversas festividades, especialmente en épocas como la Semana Santa y el Carnaval.
Los cascarones son ahora un elemento característico de las celebraciones en México, y la gente disfruta de romperlos sobre la cabeza de amigos y familiares como un gesto festivo y alegre. La tradición ha perdurado a lo largo de las generaciones y es una forma única y colorida de celebrar momentos especiales.
