Vecinos y comerciantes de la calle General Victoriano Cepeda en el Centro de Saltillo reportaron la desesperanza que ha ocasionado la demora en los trabajos de rehabilitación de la zona, que a 50 días de haberse inaugurado permanecen estancados en el mismo tramo.
Fue el 10 de junio pasado cuando el Gobierno Municipal de Saltillo realizó un evento para dar el banderazo a las obras de rehabilitación de la calle General Victoriano Cepeda, que desde hace años se había convertido en un lugar cada vez más complejo de transitar para quienes habitan alrededor o quienes la recorren todos los días.
La obra, según el alcalde José María Fraustro Siller, sería realizada entre los tramos de Aldama y hasta llegar a la calle Simón Bolívar, y tendría un costo superior a los 27 millones de pesos.
Aunque los vecinos y comerciantes vieron positivo que la calle por fin tuviera un proyecto para cambios, hoy se encuentran en desacuerdo con que la obra tenga una demora considerable para un tramo tan pequeño que abarca de Ignacio Aldama a Benito Juárez. Además, han visto cada vez menos personal trabajando en el área.
Una de las comerciantes de la zona dijo que, desde el inicio de la obra, la clientela le ha disminuido en un 70 por ciento, además de que las condiciones en las que han tenido que seguir alimentando la actividad de su negocio también se han vuelto más difíciles sin que nadie les exponga avances sobre el proyecto.
“Somos personas que amamos el Centro Histórico y esa calle era la peor. Estamos de acuerdo con que se arregle, pero ya se nos ha hecho excesivo el tiempo. Es una bronca para estacionarse, llevar los insumos, para andar brincando los pozos y esquivando la tierra”, dice la comerciante, quien asevera que además ha sido complicado atravesar casi dos meses entre el polvo que, al interior de su establecimiento, se convierte en lodo para el suelo.
“Pues en general, el tema de tráfico y el estacionamiento para los clientes y para nuestros colaboradores. Hemos tenido comentarios como: ‘ahorita al centro no me meto’, o personas que vinieron y pensaron que estaba cerrado por el cierre de las calles”, dice otra de las vecinas de la zona que habita en esa área, que también incluye la calle Castelar, donde el paso peatonal se encuentra en una situación peligrosa.
Mientras que en ambos testimonios las vecinas prefirieron dejar su nombre en el anonimato para no ver más afectados sus ingresos, otro de los vecinos, Jaime Gómez, dice que desde que inició la obra no ha podido entrar a su negocio y, debido a que el tiempo se ha extendido, ha empezado a buscar un acercamiento con las autoridades; sin embargo, no ha tenido respuesta o le han dicho que se acerque con Aguas de Saltillo, aunque considera que, si bien ellos intervienen en la obra, no son quienes la encabezan.
Por otro lado, aseveró que es una incongruencia por parte de la autoridad el tratamiento que se ha observado en el Centro Histórico en los proyectos de remodelación como es el caso, pues, mientras que cuando los vecinos quieren realizar ajustes, los trámites se convierten en retos, el Ayuntamiento destruye banquetas que cumplían con especificaciones, sin ningún tipo de responsiva.
“Cuando estuve haciendo remodelaciones a mi casa, me exigieron muchas cosas, como ir a comprar piso chino para restaurar la banqueta. Lo dejé como ellos querían y todo bien, pero cuando vinieron a poner los medidores, me rompieron la banqueta y la dejaron así. La rompieron los que vinieron a poner las tomas de agua”, indica Jaime Gómez.
VANGUARDIA buscó el posicionamiento al respecto del Ayuntamiento de Saltillo, quien indicó que las recientes y prolongadas lluvias provocaron retrasos en la obra. Además, la paramunicipal Aguas de Saltillo identificó más líneas de agua que requerían reparación de las que se tenían calculadas; sin embargo, se espera que en los siguientes días puedan avanzar al siguiente tramo.