Víctor Manuel Pérez Ocampo: el profesor que sembró la semilla de la libertad en los estudiantes del Ateneo Fuente de Saltillo
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Para el profesor, escritor y cronista deportivo Víctor Manuel Pérez Ocampo, haber impartido las materias de Historia de México e Historia Universal en la Escuela de Bachilleres Ateneo Fuente fue más que un simple trabajo: significó una misión de vida.
En días pasados compartimos en las redes sociales de VANGUARDIA una encuesta en la cual preguntamos a nuestros seguidores sobre el maestro o maestra que “más inspire”, el ganador fue el maestro Pérez Ocampo, y aquí te platicamos un poco de su historia.
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Pero para contar su historia hay que empezar por el principio.
Pérez Ocampo nació en la ciudad de Ensenada, Baja California, desde donde se trasladó junto con sus padres a la Ciudad de México. Vivió en la colonia Guerrero. Asistió a escuelas públicas. Del nivel primaria, acudió a una instalada en la mítica e histórica colonia Tlatelolco, en los años 60’s. El nivel secundaria lo estudió en el Barrio Académico de San Cosme, en la número 28 y posteriormente ingresó a la Prepa 2 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Todo cambió en 1976 cuando tuvo que salir de su casa y fue a vivir al Ateneo Fuente de Saltillo, donde estudió el bachillerato como foráneo entre 1977 y 1979.
Al mismo tiempo en que realizaba sus estudios, se dedicó a jugar fútbol americano: primero en el equipo del Ateneo y posteriormente para la liga mayor de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), que entonces se hacía llamar “Vaqueros de la UAdeC”.
Ingresó a la Escuela de Ciencias de la Comunicación fundada por el ex director del Ateneo, Armando Fuentes Aguirre “Catón”, conformando la primera generación de comunicólogos.
“Ya a partir de ahí me quedé a trabajar en Saltillo, en 1988 ingreso al Ateneo Fuente, pero primero como Coordinador Deportivo, yo fui el fundador, ya que se abrió el departamento y me dieron clases de educación física, después concursé para cátedras como Lectura y Redacción, Sociología, Análisis de Estructuras Sociales, hasta que me ubicaron en Historia de México Historia Universal”, comentó en entrevista para VANGUARDIA.
EN LA FCC GANÓ EL PRIMER LUGAR
Para el año 1999 se creó el primer programa de maestría en la ahora Facultad de Ciencias de la Comunicación y se sumó como estudiante de la primera generación, donde tuvo la oportunidad de ganar el primer lugar académico.
“Lo recuerdo con mucho gusto porque nunca había ganado un premio; competí con buenos maestros, varios de ellos fueron directores de la Facultad posteriormente”, explicó.
Desde esa fecha, recuerda haberse desempeñado como catedrático del Ateneo Fuente hasta el 2020, cuando empezó la pandemia.
“Viví un antes y un después en la docencia. Precisamente después de terminar la maestría, en 2001, desarrollé mi propia metodología de la enseñanza basada en la filosofía del fútbol americano, en el trabajo en equipo entre los estudiantes, ya que les asignaba un tema para desarrollar y ellos competían de acuerdo al programa de estudio;
“Yo los premiaba con objetos que en un principio fueron libros, materiales de apoyo para ellos como estudiantes, cilindros de agua, e incluso llegamos a juntar dinero y comprábamos desayunos, almuerzos, entonces esto los hacía estudiar y creo que también generó que muchos estudiantes quisieran tomar mi clase, pero también las dinámicas apoyaron el desarrollo académico de los estudiantes”, recordó el profesor.
En ese sentido quiso agradecer a sus estudiantes por recordarlo, por haberse manifestado para que se le hicieran reconocimientos como este, pero también como el que le entregaron el 25 de noviembre del 2011 “por sembrar la semilla de la libertad en cada uno de los alumnos que pasamos por ahí”.
También quiso nombrar a los maestros que le dieron inspiración para ser congruente con su ejemplo, el que siempre le dio a sus alumnos con cabalidad, paciencia, empatía y amor.
“Yo creo que la docencia es la réplica de lo que el docente vivió con sus maestros, y en ese sentido quiero rendir homenaje a otros maestros que quizás ya no son recordados por las nuevas generaciones, pero que nosotros realmente les debemos todo: Armando Fuentes Aguirre, Jesús Santos Méndez, Luis Ríos Schroeder, Julia Martínez, todos ellos maestros del Ateneo que también impactaron en nuestra formación e impactaron en nosotros”, manifestó.