Chivas y los culpables de un club que pelea por no descender

México, DF. Señalar sólo un culpable sería injusto y hasta irresponsable, aunque en porcentajes, unos tengan mayor cuota de responsabilidad que otros. Jorge Vergara es el primero de ellos como dueño del Club Deportivo Guadalajara, sumido en una crisis y aunque el grueso lo siga viendo lejos, muy cerca del abismo llamado descenso, pese a que éste se denomine Liga de Ascenso MX.

Como cabeza de una insititución, en este caso como propietario, Vergara lleva la 'tajada' más grande culpabilidad. Lo ha intentado de varias maneras, pero su sello ha sido ser amarrado con el dinero y un mal inversor cuando ha decidido abrir la cartera, además de cortar una y otra vez los "procesos" con varios entenadores. También parte de sus errores, entre otros, ha sido darle mucho peso en el equipo a Angélica Fuentes, su esposa, por más que existan rumores de que se encuentren a un tris del divorcio, lo que indirectamente le pega a la estabilidad de la institución, siendo sus dos máximos jerarcas.

De ahí para abajo, la baraja de nombres es amplia. Si se empieza por los hombres de pantalón largo, Juan Francisco Palencia es uno de ellos, pero la 'avalancha' de podredumbre arrojara otros tantos: los Leaño, Te Kloese, Sánz y el de Juan Manuel Herrero, por increíble que parezca, ex jugador del América.

No obstante, en esta maraña de 'villanos', quizá ninguno sea tanto como los futbolistas, quien al final de cuentas son los que patean la pelota y les pagan bastante bien por ello. Guadalajara perdió una sólida estructura en Fuerzas Básicas, algo en lo que tiene mucho qué ver el pisoteado José Luis Real y el reflejo ha sido tener canteranos de medio pelo: llámense los Patricio Araujo, Jorge Enríquez, Kristian Álvarez, Jesús Sánchez o Carlos Fierro, etcétera, 'arropados' por 'refuerzos' de la misma índole con un rol de supuesta experiencia (Néstor Vidrio, Israel Castro, Carlos Gerardo Rodríguez), por citar unos cuantos.

La crisis no es gratuita en el "Rebaño", que camina sin pies ni cabeza en Primera División y tiene todos los síntomas de un club que 'vuela' hacia el "Infierno", entiéndase por ello la "División de Plata". Un pésimo manejo directivo, jugadores con poca vergüenza profesional y una afición local (sólo la tapatía) más fría que los "Ice Bucket Challenge", son parte de un 'cocktail' de pólvora que tarde o temprano va a tener un 'trágico' final.