Eterno cliché futbolero: Frases de cajón en las entrevistas
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Los personajes del balompié mexicano casi siempre responden con oraciones hechas para evitar polémica y reducir compromiso
México, DF. Son frases trilladas, las "de cajón", las que siempre dicen los futbolistas cuando encaran a la prensa, ya sea para salirse por la tangente o porque es un discurso aprendido. "Hay que seguir trabajando". "Todos los rivales son difíciles". "El partido más importante es el que sigue". "No hay equipo chico". "Vamos por los tres puntos". Ejemplos de los inmortales dichos balompédicos.
El futbolista en México es el amo y señor de los clichés, de las frases hechas que dejan para mejor ocasión el compromiso con la afición y los colores que defienden. No importa qué tan bien o mal les haya ido en los encuentros anteriores, siempre "el próximo partido es el más importante".
Todos los días, en todos los medios de comunicación aparecen las frases futboleras típicas como si la formación de fuerzas básicas incluyera una materia obligatoria llamada "para evitar meterte en problemas cuando te pregunten acerca de cualquier tema".
Existe una tipología de estos dichos a los que es imposible escapar en las conferencias de prensa, que también tienen el común denominador de las mismas preguntas cada semana. Esta clase de declaraciones las hay antes y después de los partidos, si se cometió un error arbitral, si un elemento hizo los goles del triunfo o cometió una pifia garrafal que derivó en una derrota.
El aficionado de cualquier escuadra siempre espera que sus jugadores, al menos en el discurso, se comprometan en sus palabras previas a encarar un "clásico". Se busca escuchar el "tenemos la obligación de ganar, de obtener el título, porque somos un equipo grande que tiene que vencer a todos los rivales, porque somos mejores". Algo así, es casi imposible que se pronuncie.
"Espero un partido bastante complicado, Cruz Azul siempre es un rival difícil, de respeto y cuidado; queremos los tres puntos, es un juego en el que se tiene que salir bien", expresó previo a un partido contra La Máquina, el guardameta americanista Guillermo Ochoa.
Declaraciones por el estilo suelen aparecer en los otros 17 campamentos de la Primera División. Sin importar que el superlíder de la competencia vaya a enfrentarse al sotanero general, el lugar común aparece porque "todos los rivales son díficiles", "es un equipo que merece todo nuestro respeto, porque al final, somos 11 contra 11 y en la cancha todo puede suceder, o "en el futbol nunca hay favoritos, no importa la posición en la tabla, ni los puntos, porque lo importante suele pasar dentro del terreno de juego".
Como si existiera algún equipo que saliera a perder, lo cual sería una noticia escandalosa, también se suele escuchar que "vamos por los tres puntos, porque es importante seguir sumando", o también que "daremos nuestro mejor esfuerzo y nos entregaremos al máximo para ganar", como si la afición esperara que sus futbolistas dieran 50% de su capacidad y esa promesa significara algo novedoso o un verdadero reto.
Después de los duelos, hay un futbolista que ha robado cámara, pero que sus declaraciones suelen ser tibias, pese a la importancia de marcar goles en una escuadra de élite, como el Manchester United: Javier Hernández.
"No importa quién meta goles, sino puntuar y mantener al equipo arriba para que siga firme en todos los campeonatos. Y este resultado seguro que nos brinda mucha confianza", pronunció luego de haberle dado la victoria a los Red Devils ante el Valencia en la Liga de Campeones. "Lo más importante para mí es haber ayudado al equipo, creo que hoy hemos sabido pelear y mantener la portería en cero, un factor importante para ganar", la frase.
Y en caso de que una falla arbitral se presente en los partidos y que perjudique a un equipo, las polémicas se evitan y las denuncias se guardan para una mejor ocasión, que al menos en el deporte más popular del mundo casi nunca llega.
"Los árbitros siempre hacen su mejor esfuerzo, para mí, ellos siempre son los mejores", dijo técnico de las Chivas, José Luis Real, tras el partido ante Pumas, donde el silbante Jorge Macías anuló un gol que pudo resultar clave para el Guadalajara. Pero el estratega del Rebaño Sagrado prefirió respetar el eterno cliché futbolero.