Oliver Kahn, un motivador que inspira a los presos

Iserlohn, Alemania.- La puerta dos se abre sólo cuando se cierra la uno. Un pequeño recorrido al aire libre. Luego, gira a la izquierda para entrar en el ala K. Una puerta sin picaporte espera al ex portero Oliver Kahn. Un funcionario la abre con una llave especial.

Kahn está en la prisión de la ciudad de Iserlohn, en el oeste de Alemania. Los jóvenes presos que le esperan en el pabellón deportivo lo reciben con aplausos, pero hay más abucheos y gritos. Hay muchos fans del Borussia Dortmund y del Schalke y pocos del Bayern Múnich.

El silencio llega cuando se muestran las imágenes de la carrera de Kahn. La final del Mundial contra Brasil, las finales de las Champions League europeas en Barcelona y Milán, el título en el último minuto logrado en Hamburgo... Escenas que los presos, amantes del fútbol, conocen y han visto muchas veces.

Kahn tiene ahora un aspecto distinto con chaqueta de cuero y botas. En la distancia corta se gana a los reclusos. "Soy fan del Schalke, pero me gusta Kahn como deportista. Lo respeto", dice Oliver, uno de los reos.

Un total de 66 encarcelados en seis prisiones distintas de la región de Renania del Norte-Westfalia forman parte de un proyecto para resocializar a los jóvenes a través del deporte, en el que Kahn oficia como embajador de la Federación Alemana de Fútbol. "No se trata de ponerse metas demasiado altas, como hice yo", dice Kahn a los jóvenes, entre los que hay también mujeres. "Tener amigos de verdad sí que es una buena meta", agrega.

El que fuera 86 veces portero de la selección alemana siempre intenta hablar directamente a los reos. Pregunta y elogia siempre que hay una respuesta rápida. Cuando le interrumpen desde el fondo, Kahn exige que se identifiquen y hablen claro.

Kahn cuenta sus reveses deportivos y personales y trata de construir puentes con los reclusos. "Las derrotas siempre llevan a una pregunta: ¿Por qué? Eso es lo que ustedes deben comenzar a analizar para reflexionar qué es lo que se debe cambiar".

Muchas de esas frases ya las han escuchado los presos muchas veces, pero que salgan de la boca de un deportista profesional de éxito parecen generar otro efecto. Los ojos se abren y el respeto crece.

El público en Iserlohn no es fácil, pero Kahn se esfuerza de manera sincera. El ex arquero promete ayuda a un joven de Siria que cuenta sus dificultades para terminar un curso de aprendizaje en una panadería. Su respuesta gusta. Incluso a los fans del Schalke y el Dortmund.