Mario Gómez, el hispano-germano que araña las cifras de Messi

Múnich, Alemania (DPA).- Metió al Bayern Múnich en cuartos de final de la Champions y devolvió el orgullo a un equipo que coqueteaba con la crisis, pero la verdadera hazaña de Mario Gómez fue lograr un imposible en el fútbol moderno: arañar las cifras de Lionel Messi.

Con sus cuatro tantos en la arrolladora goleada por 7-0 al Basilea, el delantero alemán quedó a uno del récord histórico marcado la semana pasada por el argentino del Barcelona, único jugador en meter cinco goles en un partido de Champions.

Gómez se convirtió además en el primer jugador alemán que mete cuatro goles en un encuentro de la máxima competición europea y suma ya diez en el torneo. Otra vez le pisa los talones a Messi, máximo goleador con 12.

"Es increíble, maravilloso", se rindió su compañero Arjen Robben, que contribuyó con otros dos goles a la fiesta bávara contra el Basilea. "En los últimos dos años demostró que es un goleador de primer nivel. Lo necesitamos, es clave para nosotros".

Las cifras de Gómez apabullan casi tanto como las de Messi: es el máximo anotador alemán en Champions (22 goles) y lleva 34 goles en 36 partidos oficiales esta temporada.

El del martes fue su quinto "hat trick" esta temporada. El sábado ya había marcado tres goles en la Bundesliga en la goleada por 7-1 contra el Hoffenheim y encabeza también la tabla de artilleros en el torneo local, con 21 tantos.

"Gómez va a la caza de Messi", tituló hoy el diario "Bild". El deportivo "Kicker" ironizó que "la embriaguez de Gómez provoca una resaca en Basilea".

Espigado, sereno, hijo de un español de Granada y depredador del área, el delantero de 26 años reaccionó con naturalidad a la vorágine de elogios y cedió parte de la responsabilidad a los incansables Arjen Robben y Frank Ribéry, que una y otra vez armaron las jugadas concretadas por Gómez.

"Son dos futbolistas de primer nivel mundial. Y alguien tiene que terminar sus 'dribblings'. Estoy ahí para eso", comentó.

Su prudencia tiene que ver con que conoce en carne propia los caprichos del fútbol. Hace apenas dos semanas, el Bayern era silbado en su propio estadio y las peores críticas recaían precisamente sobre Gómez.

Es la paradoja del ex jugador del Stuttgart llegado en 2009 al Bayern: sólo recibe el cariño de la hinchada cuando marca. Pero bastan un par de partidos sin goles para que su crédito se esfume.

Tal vez por eso el propio Gómez quita importancia a sus cifras y reconoce que sigue estando lejos de Messi, al que otorga sin la menor duda el título del mejor jugador del mundo: "Lo fue los últimos tres años y lo será en los próximos diez", vaticinó.