La corona del Clásico de Otoño ya está en Washington
Los Nacionales tienen dos secretos del porqué consiguieron su primer título como franquicia: Mike Rizzo y la invasión latina
WASHINGTON.- En cierta forma, el campeonato de la Serie Mundial conquistado por los Nacionales de Washington puede entenderse como un "te lo dije" por parte de su gerente general Mike Rizzo.
Por sus decisiones de contratar, y luego mantener, a Dave Martínez como el manager, especialmente cuando el equipo se hundió con una foja de 19-31, el peor arranque a los 50 juegos de una temporada en la historia para un equipo que eventualmente se coronó campeón.
Por sus adquisiciones a mitad de campaña de veteranos descartados por otros equipos, como Gerardo “Baby Shark” Parra, y ensamblar, en una era de prodigios juveniles, a un grupo de “viejos” como el astro de los playoffs Howie Kendrick, el que acabó siendo el roster con la edad promedio más alta de las mayores.
Por darle a la cohesión la misma importancia que al análisis estadístico.
Por su cuestionada decisión de parar a Stephen Strasburg hace algunos años, en cuanto excedió su tope de innings, una decisión que buscó cuidar un codo derecho que pasó por quirófano y que le acaba de convertir en el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial y en el primer lanzador con foja de 5-0 en la postemporada.
Por la filosofía de darle énfasis a la tradicional fórmula del pitcher abridor: cada una de las cuatro victorias de Washington en el Clásico de Otoño fueron con Strasburg o Max Scherzer en la lomita. Scherzer, “el hombre que salió de la tumba” como lo describió su compañero Adam Eaton, volvió a lanzar tras padecer una dolencia en un nervio cerca del cuello y les encaminó en la victoria 6-2 en el séptimo juego en Houston la noche del miércoles.
“Mike es un hombre del beisbol, siempre lo ha sido”, dijo el primera base Ryan Zimmerman. “Se apoya con los scouts, en los tipos que miran los juegos. Ha evolucionado como todos, con las estadísticas y todos los datos disponibles. Esa información es útil. No creo que se pueda hacerlo de una sola vía. Creo que se pueden combinarlas. Y me parece que él hace un excelente trabajo en ello”.
“Pero da enorme importancia a la química, a la armonía del camerino, no traer a malos compañeros”, añadió. “Antes de hacer alguna adquisición, nos consulta sobre si sabemos algo sobre este compañero o este”.
Ahora que el receso de invierno empieza oficialmente, Rizzo deberá volver al trabajo.
Strasburg podría salirse de su contrato. Anthony Rendon, quien disparó jonrones en los últimos dos juegos de la Serie Mundial, puede declararse agente libre. El bullpen, un desastre durante casi toda la temporada pero un grupo sólido en la postemporada, deberá reconfigurarse.
Zimmerman, un veterano de 35 años y el “rostro de la franquicia”, ha formado parte de los Nacionales en todas sus 15 temporadas, pero no volvería para la 16ta.
Estuvo aquí para un par de temporadas de 100 derrotas que se convirtieron en primeras selecciones globales de draft, una de las cuales los llevó a Strasburg. (¿La otra? Cierto jardinero de los Filis de nombre Bryce Harper). Y ahora ha visto a los Nacionales entregarle a Washington su primer trofeo de Serie Mundial desde los Senadores hace 95 años.
El desfile por Constitution Avenue está programado para el sábado.
“La organización merece el crédito por la manera en que conformó a este equipo. Aquí hay un grupo de viejos en los que confiaron. No hay muchos equipos dispuestos a conformar un plantel como el nuestro”, dijo el relevista Sean Doolittle. “Hay un montón de jugadores de más de 30 años y, según las personas más inteligentes aquí, ya no se puede ganar de esa forma. Necesitas talento joven, atlético y controlable. Estamos muy orgullosos de ser el equipo de mayor edad en el beisbol y acabamos de ganar la Serie Mundial.
Tal vez eso ayudó al joven toletero dominicano Juan Soto y compañía a entender el lema de Martínez “solo pónganse 1-0 hoy” y no preocuparse cuando el panorama lucía sombrío.
Ya fuera el terrible inicio de campaña o una desventaja tras otra en los duelos decisivos — desde su triunfo en el duelo de comodines sobre los Cerveceros de Milwaukee a su éxito de 4-4 en juegos fuera de casa ante un equipo como Houston, que ganó 107 partidos esta campaña — Washington cumplió con las órdenes de su manejador de “mantenerse en la pelea”.
Ningún equipo había ganado más de tres juegos de eliminación después de colocarse abajo en el marcador en una sola postemporada. Los Nacionales de 2019, que construyó Rizzo e impulsaron todos los demás, lo hizo cinco veces.