El arte de hacer un buen sparring, dicho por profesionales
Realizar las prácticas deportivas de las disciplinas de contacto, de la manera correcta, es imprescindible para evitar desenlaces fatales; conoce las opiniones de los expertos
Debido a los recientes sucesos ocurridos en la capital de Coahuila, donde, lamentablemente, un joven de 21 años perdió la vida en un accidente derivado de una práctica de box conocida como “sparring”, en la que los peleadores se suben al ring para realizar un combate de entrenamiento, el equipo de EXTREMO se acercó con algunos expertos de la disciplina en Saltillo.
Lo anterior, con el fin de escuchar de boca de profesionales todas las medidas necesarias que se deben tomar para evitar un desenlace fatal durante este tipo de ejercicios, recordando siempre que en el boxeo existe el porcentaje latente -aunque sea mínimo- de que algo así ocurra, pero que se puede evitar tomando las precauciones requeridas.
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En pláticas con un mánager que tiene una carrera de más de 10 años que lo respalda como entrenador y con una boxeadora profesional que, de igual manera cuenta con un historial dentro del mundo boxístico de más de una década, que prefirieron mantenerse bajo el anonimato, se establecieron cada uno de los puntos a considerar a la hora de hacer la actividad mencionada.
LO QUE TIENES QUE SABER
Número uno: siempre tiene que estar presente un coach que tenga los conocimientos suficientes -así como la experiencia- para poder determinar si se debe detener el entrenamiento, si un golpe es prohibido o podría causar peligro al oponente, explicar desde antes de comenzar cómo va a ser el procedimiento y las reglas a seguir.
Número dos: la actividad SIEMPRE se debe llevar a cabo arriba de un ring, no se puede hacer en concreto o en algún otro tipo de superficie. Además, el cuadrilátero debe contar con las medidas, los colchones y todas las características requeridas para ser considerado seguro.
Número tres: los peleadores deben ser del mismo peso, tener las características físicas similares y, sobre todo, la edad debe ser igual.
En palabras del entrenador, no es lo mismo poner a competir a un pugilista de 18 años, con un adolescente de 15, aunque midan y pesen lo mismo, pues, con la edad el cuerpo tiene distinta maduración y fuerza, lo mismo entre los hombres y mujeres, ya que, fisiológica y biológicamente hablando, la potencia en los golpes es diferente.
Número cuatro: antes de hacer sparring, se deben tener conocimientos previos y tiempo entrenando y capacitándose en la disciplina. Muchas veces, jóvenes que están iniciando tienen los deseos y las ganas de subirse a un ring cuanto antes para así empezar a saber lo que es pelear, sin embargo, no es así de sencillo.
Número cinco: los padres o tutores de los menores de edad, deben firmar una carta donde afirman tener el conocimiento de que su hijo o tutelado harán el ejercicio del que se habla.
Asimismo, todos -aunque sean mayores de edad- deben reportar con el entrenador si han tenido algún tipo de operación, lesión, fractura, luxación, etcétera, así como si padecen alguna enfermedad cardiaca o crónica, para que, de esta manera, el mánager sepa cómo llevar a cabo el entrenamiento con él (incluyendo el sparring y fuera de él) de la mejor manera posible y la más adecuada.
Número seis: ahora sí, cuando se cuenta con todos los elementos anteriores y los aspirantes a ser boxeadores ya están arriba del cuadrilátero, deben portar todo el equipo de seguridad y protección, es decir, las caretas que específicamente se utilizan para ello, los guantes (que son más grandes que los convencionales), el protector bucal, pechera (en el caso de las mujeres) y protectores pélvicos (para ambos sexos). Esto debido a que reducen la potencia y el impacto del golpe en alrededor de un 60 o 70 por ciento.
A pregunta expresa sobre cuáles consideran que son las principales razones por las que ocurren este tipo de accidentes, ambos coincidieron en que tiene mucho que ver con la falta de regulación y capacitación de los entrenadores y encargados de gimnasios de box o gimnasios en general.
Es decir, sea cual sea la razón y la categoría por la que se entrena este deporte (recreativa, amateur, profesional, etcétera) es fundamental que se cuente con los instrumentos necesarios. Eso incluye al entrenador capacitado y experto en el tema, que sepa analizar riesgos para así prevenirlos.
“En mis más de diez años que tengo en esto, nunca me ha pasado algún accidente de este tipo”, expresa el mánager.
Por su parte, desde su trinchera como boxeadora, la entrevistada confesó que algunos entrenadores los ven como “signos de pesos” o “gallitos de pelea”.
“Ellos lo que quieren es pactar una pelea donde ellos se quedan con una parte del dinero, sin importarles la seguridad y si el peleador está preparado para hacerlo”.
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Explicó “por ejemplo, a veces llegan y les dicen ‘vas a pelear el lunes’ y es viernes. ‘¿estás arriba de peso? No importa, ahorita te deshidratamos y das el peso para la pelea’ después, cuando llegan al ring no les importa si pierden o no, porque no son ellos los que se van a llevar los golpes y como quiera van a cobrar por la función”.
En ese sentido, la boxeadora internacional detalló, haciendo hincapié en que es su manera de pensar, que ella sabe cuándo decir que no.
Aunque le digan que“le sacó” a pelear con tal persona, ella prefiere resguardar su integridad si no se siente lista. Y dijo que, para eso, es importantísimo tener confianza y sentirte seguro con tu equipo, saber que tu entrenador y todas las personas involucradas se preocupan por ti y que te levantarán si llegas a caer; intervendrán por ti si dices que ya no puedes más.
Otro de los factores que el entrenador resaltó, y uno de los más importantes, recae, de nuevo, en la responsabilidad y falta de sensibilidad y ética de los coaches.
“Muchas veces por querer quedar bien con las chavas o con los otros alumnos, ellos se suben a hacer sparring con uno y con otro, y otro. Y los sienta bien fácil (sic). Pues sí, porque no están en las mismas condiciones”.
También, coincidiendo con las declaraciones de la peleadora, dijo que entre los mismos jóvenes se retan porque “no se caen” o tienen problemas o envidia los unos a los otros y piden al entrenador que los suban a pelear. Y, otra vez, esto recae en él, pues, al aceptar sólo por entretenerse “y hasta se burlan y se están riendo disfrutando de la función como si hubieran puesto a pelear a dos perritos pitbull, órale, dense (sic)”.
Pero, ¿cuáles serían las propuestas que pondrían sobre la mesa para que estos accidentes dejen de pasar o se reduzcan lo más posible?
El entrenador reiteró que, en primera instancia, se deben tener todos los equipos de seguridad que se requieren. Tanto en el gimnasio como para portarlos sobre el ring.
Además, que las instancias pertinentes, que se encargan del deporte en la localidad y en la entidad, monitoreen que todo esté en orden y que se cuente, justamente, con los requerimientos.
Para la gladiadora, de igual manera, que las autoridades que tienen la capacidad de regular este tipo de deportes de contacto que conllevan cierto riesgo en su práctica, es imprescindible.
Su propuesta es que se cada cierto tiempo se realicen capacitaciones a los entrenadores e inspecciones en los recintos deportivos que cuentan con este tipo de actividades, para que, de este modo, quienes no sigan los lineamientos dejen de poner en riesgo la vida de los entrenados.
Finalmente, el entrenador explicó que, con las regulaciones mencionadas, “este tipo de accidentes se pueden evitar, si bien, no en un 100%, si en más del 90”.
De esta manera, se hace un llamado a los interesados en practicar el deporte, que, antes de comenzar, tomen en cuenta todo tipo de factores (internos y externos) a la hora de elegir un gimnasio o recinto dónde entrenar, recordando siempre que todos y cada uno de los deportes de contacto, llámese box, artes marciales mixtas, judo, taekwondo, karate, entre otros, necesitan de especial atención que cuide su integridad.