Herrera es el 'yin-yáng' mexicano dentro de la Champions
COMPARTIR
Como puede ser el 'hazmerreir', puede dar un partido de antología, así ha sido el actuar del mexicano en la Liga de Campeones con el Atlético
Luz y oscuridad, positivo y negativo, las dos fuerzas opuestas que la filosofía oriental define con el término del 'yin-yang' se aplican a las actuaciones de Héctor Herrera en cada partido de Liga de Campeones con el Atlético de Madrid: un momento brillante y otro para olvidar.
Si en la derrota ante el Bayern Múnich (4-0) fue uno de los mejores del equipo, pero vio manchada su actuación con una pérdida de balón en el segundo gol bávaro, y en la victoria ante el Salzburgo austríaco (3-2) encadenó maniobras magníficas en ataque con algún error en defensa que permitió el momentáneo empate del equipo de Red Bull; en Moscú también vivió esa doble experiencia.
HH fue, en menos de cinco minutos, protagonista positivo y negativo. Suyo fue el centro desde la izquierda para el cabezazo sublime del uruguayo José María Giménez con el que se inauguró el marcador (0-1), pero también suya la mano involuntaria que dio lugar al penalti del empate del ruso Anton Miranchuk.
Había salido el de Tijuana como titular por cuarto partido, como lo fue ante el Bayern, el Salzburgo y el Osasuna, esta vez con Marcos Llorente como acompañante en el pivote y Saúl Ñíguez, otro de los mediocentros rojiblancos que reaparecía tras lesión, en su caso volcado a la banda izquierda como interior.
En este nuevo esquema del Atlético, que requiere más hombres en ataque que estén cerca del uruguayo Luis Suárez, según explicó el entrenador argentino Diego Pablo Simeone en la rueda de prensa previa al encuentro, Herrera se está convirtiendo en el ancla preferida del técnico rojiblanco, el jugador del que parte el juego.
Sufrió un poco 'HH' en esa labor por la presión del Lokomotiv, que le obligaba a aplicar su buen desplazamiento en largo para iniciar las jugadas. En una de esas situaciones, una falta de entendimiento entre Herrera y Saúl permitió un contragolpe del Lokomotiv, en el que el delantero Fiodor Smólov erró el pase para Anton Miranchuk, que se iba solo por la izquierda.
Conforme el Atlético se fue aproximando a la portería rival, Herrera empezó a mostrar lo mejor de su repertorio, ese que le refrenda como un futbolista con imaginación para iniciar las jugadas, especialmente en los envíos a larga distancia.
De un saque de esquina desde la derecha que acabó en el lado izquierdo, apareció el momento para el mexicano. Un centro medido para un Giménez que progresaba libre de marca, fue conectado por el central charrúa con un movimiento de cuello preciso al primer palo, donde el portero ruso-brasileño Guilherme no pudo llegar. 1-0.
En el momento más dulce, de un Atlético por delante en el marcador y en busca de más goles, apareció el yin-yang de Herrera. Un despeje con la cabeza que le rebotó en la mano dentro del área, en el que tenía la extremidad claramente separada del cuerpo, provocó una protesta unánime del Lokomotiv.
El árbitro francés Benoît Bastien esperó a que acabara la jugada y aguardó las indicaciones desde la sala del videoarbitraje. Una vez alertado, acudió al monitor a examinar la acción, amonestó a un Luis Suárez que lo increpaba y acto seguido señaló el punto de castigo: penalti. Anton Miranchuk aguardó a que el portero esloveno Jan Oblak se venciera hacia un lado para chutar hacia el lado contrario.
Herrera y el Atlético no cejaron en el empeño de volverse a adelantar, pero no lo consiguieron antes del descanso. Tras el paso por vestuarios, el mexicano se mantuvo como ancla del conjunto madrileño, con la entrada de un nuevo socio: el capitán Jorge 'Koke' Resurrección, en lugar de Saúl Ñíguez.
Con su equipo volcado en ataque, especialmente con un Joao Félix desatado que protagonizó junto a Koke una sociedad fundamental que tropezó en varias ocasiones con el larguero, Herrera se vio mucho más cómodo, gobernando el ataque rojiblanco desde atrás y atento al corte en los poquísimos escarceos ofensivo del Lokomotiv.
Los cambios del argentino Diego Pablo Simeone le mantuvieron en el césped, primero con Koke como compañero cuando fue sustituido Marcos Llorente, luego con el uruguayo Lucas Torreira cuando se lesionó Víctor Machín 'Vitolo', Herrera mantuvo su posición hasta el final del encuentro.
Partido completo y de nuevo titular, pero lastrado por una acción desafortunada que supuso el gol ruso. Otro partido de yin-yang para Héctor Herrera, que se estabiliza en el once del Atlético, pero ve como su equipo pierde dos puntos importantes en la pelea por alcanzar los octavos de final.