Ibrahimovic deja un gran vacío en Suecia

Fútbol Internacional
/ 23 junio 2016

Tres partidos, cero victorias y ningún gol del astro de Malmö, un jugador que a sus 34 años camina ya hacia el ocaso de su carrera.

Se va como una leyenda, pero también con cierta sensación de trabajo inacabado: Zlatan Ibrahimovic disputó el miércoles su último partido con la selección sueca de fútbol cerrando una Eurocopa para el olvido.

Tres partidos, cero victorias y ningún gol del astro de Malmö, un jugador que a sus 34 años camina ya hacia el ocaso de su carrera. De momento, ya sólo podrá triunfar a nivel de clubes, porque la Eurocopa de Francia fue su último torneo con Suecia, según anunció.

Al igual que en 2008 y 2012, también con "Ibra" como líder, Suecia quedó eliminada en la fase de grupos. Después de cuatro Eurocopas y 62 goles en 116 partidos internacionales, Ibrahimovic dijo adiós a la selección y abrió un vacío que será muy difícil de rellenar.

"No habrá un nuevo Zlatan. Él es especial, es único", dijo el seleccionador sueco, Erik Hamren, el miércoles por la noche en Niza después de la derrota por 1-0 ante Bélgica que certificó el fin de los nórdicos en el torneo.

Cuando el árbitro alemán Feliz Brych sopló su silbato a las 22:50, Niza vivió una despedida llena de melancolía. Ibrahimovic se colocó en el círculo central, se quitó el brazalete de capitán y se despidió uno por uno de sus compañeros antes de decir adiós a la afición. Después parpadeó un par de veces y se esfumó por el túnel de vestuarios.

Incluso los hinchas belgas aplaudieron al polémico e irreverente Ibrahimovic y el entrenador de los "Diablos Rojos", Marc Wilmots, se acercó a la puerta del vestuario sueco para dar un abrazo al crack.

"Cuando una personalidad como Zlatan se retira de su selección es algo especial. Yo también fui jugador y sé lo duro que es terminar la carrera en la selección nacional. Él ha dado mucho por el fútbol sueco, simplemente le dije que enhorabuena", explicó Wilmots en rueda de prensa.

Fue una noche para los reconocimientos y las veneraciones. Nada de críticas o disculpas. Ibrahimovic disputó una gran temporada en el Paris Saint-Germain antes de su despedida -"Vine como un rey, me voy como una leyenda", dijo-, pero seis semanas después completó una Eurocopa floja para el nivel de una superestrella como él.

Ante Irlanda (1-1) e Italia (0-1) no consiguió disparar a puerta. Ante Bélgica estuvo más activo e incluso metió un gol, pero fue correctamente anulado.

"Es duro, uno se siente decepcionado", dijo Ibrahimovic antes de subirse al autobús de Suecia en el estadio de Niza, que ya estaba con el motor encendido y listo para partir. Sin embargo, el espigado delantero, vestido con camisa blanca y corbata azul, estuvo un buen rato respondido en sueco e inglés en la zona mixta.

"Estoy feliz de haber podido representar a Suecia. Me llevo recuerdos fantásticos. Fue una historia maravillosa si pienso de dónde vengo", dijo el padre de dos niños.

Hijo de madre croata y padre bosnio, Ibrahimovic creció en el barrio de Rosengard, una zona problemática de la ciudad de Malmö, y sus padres se separaron cuando él tenía apenas dos años.

El delantero sueco seguirá ofreciendo sus trucos -uno de sus apodos es "Ibracadabra"- a nivel de clubes. Lo que no se sabe aún es donde, pues no anunció el equipo donde continuará su carrera. En las últimas semanas se especuló con su fichaje por el Manchester United de Jose Mourinho.

Lo que parece claro es que no se volverá a ver a Ibrahimovic vestido de amarillo y azul. Su último torneo con Suecia fue decepcionante.

"Le habría deseado otro final a Zlatan", señaló Hamren antes de suspirar por el futuro del fútbol sueco. "Espero que encontremos a más jugadores buenos".

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