Simeone levanta un muro de Europa

Fútbol Internacional
/ 13 abril 2017

Fue el 19 de febrero de 2014 cuando el Atlético recibió el último gol en casa en una eliminatoria de la Liga de Campeones. Eran los octavos de final y Kaká marcaba para el Milan un tanto intrascendente.

No hay mejor arquitecto futbolístico que Diego Simeone, un entrenador que diseñó el muro perfecto para un Atlético Madrid que garantiza éxitos desde la defensa.

El conjunto rojiblanco llegó a este final de temporada agarrado a su esencia, la de un equipo casi impenetrable que muestra su mejor condición en la Liga de Campeones. Con su triunfo 1-0 del miércoles ante el Leicester está muy cerca de jugar su tercera semifinal continental en cuatro años.

Fue el 19 de febrero de 2014 cuando el Atlético recibió el último gol en casa en una eliminatoria de la Liga de Campeones. Eran los octavos de final y Kaká marcaba para el Milan un tanto intrascendente.

Desde entonces, y a pesar de que se midió a equipos como Real Madrid, Barcelona, Bayern Múnich o Chelsea, no hay quien le meta un gol al conjunto rojiblanco en un cruce de Liga de Campeones disputado en el Vicente Calderón. Y eso garantiza progresar, por supuesto. Seis goles a favor y ninguno en contra en las últimas nueve eliminatorias jugadas en terreno rojiblanco explica la importancia de su defensa. Rentabiliza al máximo los pocos goles que marca.

El encuentro ante el Leicester fue la prueba de lo que es este Atlético: un equipo que no necesita brillantez y cuyo espectáculo lo aporta el inquebrantable entramado defensivo y el enorme talento de Antoine Griezmann en la delantera. Los mismos argumentos que el sábado le sirvieron para empatar 1-1 ante el Real Madrid en la Liga española.

"Es un gran resultado. No encajamos gol, hemos ganado nuestro partido, cualquier tanto nuestro fuera de casa lo hacemos muy bueno", manifestó el lateral Filipe Luis al finalizar el encuentro, consciente de lo bien que su equipo se mueve en las distancias cortas.

"Ahora hemos recuperado esa solidez defensiva que teníamos siempre y espero que sigamos así", agregó Stefan Savic.

Efectivamente, el Atlético abandonó los "experimentos" de principios de temporada, los coqueteos con planteamientos más ofensivos, y regresó a su esencia, la de un conjunto armado desde atrás y cuyo fundamento es "molestar" al contrario.

No pierde un partido desde el 26 de febrero, cuando cayó en casa por 2-1 ante el Barcelona en lo que también fue el último encuentro en el que recibió más de un gol. Desde entonces jugó nueve partidos, entre Liga de Campeones y Liga española, con un balance de seis triunfos, tres empates y apenas tres goles recibidos.

Ante el Leicester, el arquero Jan Oblak no tuvo que realizar ni una sola parada, lo que explica la fuerza defensiva de un Atlético que apenas concede. Y si el rival tiene ocasiones, allí aparece el portero esloveno, como ocurrió en el choque ante el Real Madrid.

Hace tiempo que nadie quiere al Atlético en la Liga de Campeones porque sabe lo incómodo que hace cualquier encuentro. Lejos de ser una sensación, las estadísticas lo avalan. Apenas recibió cuatro goles en la presente edición de la máxima competición continental, cifra sólo mejorada por los dos de la Juventus.

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