“Lo más importante es no perder los valores”: Miguel Herrera
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El Economista charló con el entrenador de las Águilas desde otras aristas: sus tradiciones en el barrio, sus primeros negocios y cómo solventa económicamente su futuro
San Lucas es un barrio en Coyoacán al que Miguel Herrera asiste desde 1984. Las calles son angostas, algunas empedradas y en sus casas abundan los colores, los tejados y las pequeñas banquetas que llegan a pisar hasta 10,000 personas en una semana para celebrar en octubre al Santo de la religión católica. Personas afuera de sus casas que reciben a otras familias, amigos, con banda de música, cuetes, bebida y comida. Éste es el escenario ligado a los años de juventud del Piojo Herrera y a su presente.
Es una de las ventanas que muestran un rasgo de la personalidad de quien está al frente del América por segunda ocasión y asume la responsabilidad de ser una persona pública, sin que sea motivo de olvido de sus costumbres o de limitarse en sus gustos.
“Puede que a veces te destaquen entre otras personas, pero sigo siendo un ser humano, que trata de transmitirle a la familia valores. Cuando se trabaja para tener una vida pública, tienes que tranquilizarte y solventar que la gente quiere estar a lado de la gente conocida, exitosa”, dijo Miguel a El Economista.
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Un estudio realizado a más de 1,000 personas en puestos de liderazgo, publicado en el Journal of Positive Psychology reveló que las personas más sencillas tienen en sus empleos una fuerza de trabajo más comprometida. Además de que, en comparación con las personas orgullosas, tienden a ayudar a los amigos, lo que conlleva a relaciones personales y profesionales más fuertes.
“Desde un antecedente psicológico-religioso, las personas que practican una de las religiones más importantes del mundo tienen un llamado a ayudar a la humildad”, señala el psicólogo Jordan LaBouff de la Universidad de Maine, responsable del estudio en el que se enmarca a la sencillez como lo opuesto al narcisismo y la arrogancia.
“Lo más importante no sólo como director técnico, sino como ser humano es no perder los valores. Apoyo en la fiesta de San Lucas, San Miguel. He pensado en apoyar en fundaciones, no crear una, ya hay muchas que ocupan muchos lugares y circunstancias buenas, mejor no competir, aprovechar que alguna ya esté bien establecida”, dijo el Piojo.
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A Miguel lo encuentras en un evento de etiqueta en el Premio Hombre Inspiración del Año de la revista GQ o en los Premios Grande de celebridades. También como padrino en la inauguración de restaurantes como la del Santro Pez en Tijuana o en la apertura de su propio negocio en Acapulco “Mi mejor selección, antojitos el Piojo”.
La iniciativa de tener negocios además del futbol es otro aspecto de su personalidad. La revista Forbes publicó en el 2014 la lista de los entrenadores mejor pagados del Mundial Brasil y en el noveno sitio estaba Miguel Herrera al recibir ganancias por 2.7 millones de dólares anuales (más de 35 millones de pesos). Tener ingresos extra es algo que aprendió desde joven, cuando junto a dos amigos (Mauricio y Guillermo) abrieron una churrería en el centro de Coyoacán.
“Nos atrevimos a poner la churrería muy chamacos. Cuando estás chavo dices ‘pues abrimos el local’. El primer día nos fue extraordinariamente bien, pero al día siguiente nos clausuraron porque no teníamos todos los permisos, esos servicios de seguro, bomberos, los de la ley... y como chavo no piensas en todo eso. Después nos organizamos, hicimos los trámites y volvimos a abrir con todo ordenado, pero me tocó emigrar de México y era difícil estar atendiendo y decidimos traspasar el local en el que teníamos contrato por cinco años”.
El entrenador comparte con sus jugadores la lección de no depender sólo del futbol, un deporte que, calcula, termina alrededor de los 36 años de edad y no todos tienen la oportunidad como él de dedicarse a dirigir un equipo.
“Tengo negocios aparte del futbol, porque el día de mañana se acaba o ya no te contratan más, necesitas algo que siga dando entrada a tu vida. Afortunadamente he invertido bien mi dinero y eso da tranquilidad. Los futbolistas tendrán que prepararse para la siguiente etapa, ser personas de bien y servirle a la comunidad o a una empresa para sostener a su familia”, indicó.