Pumas sin presión por romper mala racha de visita ante Chivas
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El zaguero universitario Alan Mendoza señala que les motiva la posibilidad de acabar con casi 35 años sin triunfo auriazul en suelo tapatío
CIUDAD DE MÉXICO.- Es 1982, el año del último triunfo de Pumas (0-1) en la casa del Guadalajara: el presidente es López Portillo, el Chanfle 2 se estrena en el cine y es fundado el Museo Nacional de Arte, en el número 8 de la calle Tacuba. Treinta y cuatro años ya desde entonces, de aquel 7 de febrero en el que Manuel Negrete definió todo con un gol de chilena. La cuenta va en 16 descalabros y 22 empates, incluyendo tres partidos de semifinales (1983-84, Invierno 98 y Clausura 2011) y una final (Clausura 2004). Por más que el contexto sea otro, el balance favorece a Chivas. Y eso es precisamente lo que el equipo universitario quiere cambiar, como primer propósito del año.
"Sabemos lo que ha pasado en Guadalajara, pero eso nos motiva. Las contrataciones de Nico (Castillo) y Bryan (Rabello) han sido fundamentales para sentirnos fuertes. ¿Presión? No hay, si bien es cierto que son muchos años sin conseguir un triunfo”, indica el zaguero Alan Mendoza, anunciado como refuerzo por la directiva auriazul luego de su paso por los Venados de Yucatán.
"Es una oportunidad que a lo mejor no vuelve. Si no es ahora, después ya no. Pumas les ha dado confianza a los jóvenes, pero tenemos que aprovecharlo”, agrega.
Mendoza ha sido elegido para cubrir la ausencia de Luis Fuentes, que la temporada pasado portó el gafete de capitán y, sin embargo, fue transferido a los Rayados del Monterrey. Al respecto, el joven de 23 años se desmarca, argumentando que busca hacer su propia historia.
"En características no somos iguales, quizá tengo cosas que aportar que él (Fuentes) no tenía y viceversa. No le vengo a suplir, haré mi trabajo con mis propias condiciones", sostiene.
Los otros dos recién llegados, Nicolás Castillo y Bryan Rabello, están en la lista de los jugadores que podrían iniciar el encuentro ante el Rebaño, en el estadio Omnilife. Una cita en la que más de tres décadas de derrotas y empates están en juego.