La ‘Nueva Era’ de la gran ‘Familia Bóxer’
La unión familiar y la convivencia padre, madre e hijo-hija, es uno de los pilares y fundamentos que la nueva generación del Club Cafés Bóxer está poniendo en marcha
Ver a un niño o a una niña practicando un deporte, entregándose a él con pasión y disfrutándolo cada segundo, es, probablemente, una de las satisfacciones más grandes de todas aquellas academias, entrenadores, clubes, centros deportivos, etcétera, que tienen como objetivo, precisamente eso, hacer que más niños, adolescentes y jóvenes descubran el mundo del deporte, se unan a él y llenen su vida de diversión sana, disciplina y valores.
Tal es el caso del Club Cafés de Bóxer “New Era”, que, cumpliendo con su objetivo y sus valores, al procurar alimentar y potencializar justo lo anterior, añadieron el “ingrediente especial”: la convivencia con los padres y el involucramiento de los mismos en las actividades de sus hijos a través de un entrenamiento de integración que resultó en increíbles memorias que seguramente ni los pequeños atletas ni los adultos olvidarán en mucho tiempo.
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El club que regresó a la Asociación de Futbol Americano de Saltillo (AFAIS) hace poco más de tres años, con Javier Rodríguez Estrada y Paty Martínez como presidentes, organizó la divertida y emotiva convivencia desde el campo de los Bóxer, donde estuvieron presentes los más de 100 niños y niñas que se dividen en las categorías de porristas, botanitas, moscos, hormiguitas, hormigas y ardillas, acompañados de sus seres queridos.
La noche estuvo repleta de emociones, no sólo de actividad física pues, antes de comenzar el entrenamiento, cada uno de los niños se reunieron con sus respectivas categorías -y sus padres- para escuchar una carta que papá o mamá habían escrito para ellos.
Las palabras de afirmación, confianza y amor por sus hijos, funcionaron como combustible para que el trabajo en equipo entre ambos en las actividades que estaban por venir, fuera muchísimo más satisfactorio, tomando en cuenta que en esta ocasión, se hizo énfasis en el trabajo que los hijos emulan de los papás y mamás.
Otro de los objetivos más importantes de la actividad que fue liderada por el headcoach Ramón Rocamontes de la Peña, fue el de recordar a las familias la importancia de la activación física, tener hábitos saludables de alimentación y una higiene de sueño adecuada. Olvidarse del sedentarismo para evitar la obesidad infantil.
Según estudios citados por el propio club, las actividades recreativas que involucran a los padres con sus hijos, además de fomentar la disciplina, el esfuerzo y el trabajo en equipo, ayudan a liberar las tensiones en ambos sentidos. La vida de adulto no es fácil, pero tampoco lo es la de los niños.
Una vez que se leyeron las cartas en la intimidad de cada categoría, arrancaron las acciones con el calentamiento previo: las carreras padre-madre e hijo, tomados de las manos. Un recorrido de 30 yardas que se vivió en medio de risas, gritos y porras del resto de la familia que se dio cita al campo.
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Más tarde se realizaron drills y ejercicios que cada niño y niña realizan diariamente, con el plus de que sus papás también debían hacerlo. Esto, con la intención de que comprendan el trabajo y esfuerzo que sus hijos hacen día con día.
Finalmente, se cerró el “training” con el scrimmage y las rutinas de las porristas.
En declaraciones para EXTREMO, hubo padres que destacaron la felicidad que les causa ver a sus hijos tan a gusto haciendo algo que, además, “les hace bien”.
Eduardo Reyna, papá del pequeño Eduardo Reyna que es parte de Hormiguitas, compartió que desde que empezaron la temporada y con el nuevo headcoach “se ha fomentado bastante la unión familiar (...) hay bastante comunicación y acercamiento con los miembros de los equipos”.
Palabras que coinciden con las dichas por Alan García Oyervides, quien tiene a sus dos hijos dentro del equipo: Omar Alberto en hormiguitas y Leonardo en moscos, con la espera de que sean muchas temporadas más.
“Me alegra mucho que hagan este tipo de actividades para poder conectar un poco más con los hijos, la confianza, que se sientan cómodos con el deporte, que les nazca poquito más el amor por el deporte, independientemente si es futbol americano o no, el que sea, que crezcan sanos y con disciplina”.
Agregó que es un club que se integra mucho con las familias y que es justo por eso que se conforma la gran “Familia Bóxer”.
Para Paola Tovar, la madre de Eder Alberto, la convivencia le ayudó a ella y a otros papás, a expresar lo que usualmente dan por hecho con sus hijos, las palabras de amor que en ocasiones no saben cómo compartirles:
“Por lo general, creo que la mayoría no estamos tan acostumbrados a decirle nuestro amor a nuestros hijos y de esta manera ya encontramos aunque sea poquitas palabras donde les expresamos nuestro amor y apoyo en un momento muy emotivo”.
Para Eder, un pequeño con discapacidad que no cuenta con su brazo izquierdo, el formar parte de Club Bóxer en un ambiente de convivencia sana, según lo dicho por su mamá, le ha ayudado a tener más seguridad en sí mismo y a socializar más con niños de otras edades y más grandes.
“Es la confianza que ha tenido en él mismo, lo que más nos ha gustado”.
Club Bóxer es de los pocos, a nivel nacional, que no cobran mensualidad ni cuota para poder formar parte, situación que les ha jugado mucho a su favor, fortaleciendo el sentido de pertenencia no sólo de los pequeños futbolistas, sino, de sus padres y la comunidad entera.
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