La salida de Robert Dante Siboldi de Tigres: otro episodio fatídico de la Liga MX

12 de mayo del 2024.

Esa fue la última fecha que vimos a Robert Dante Siboldi sentado en el banquillo de los Tigres de la UANL.

Como cualquier otro entrenador que perdió la oportunidad de llegar a una Final con su equipo (y en un peor plano, ante el acérrimo rival), el uruguayo felicitó a los ganadores del duelo, Rayados, y se dirigió al túnel que lleva a los vestidores.

Nunca íbamos a imaginar que esa sería la última vez que veríamos al exentrenador de Veracruz, Cruz Azul y Santos, al frente de los felinos.

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Fue el 4 de junio cuando la directiva encabezada por Mauricio Culebro anunció en un escueto comunicado que Siboldi se iba del equipo.

¿La versión oficial? El sudamericano y los financiados por Cemex no llegaron a un acuerdo para extender su vínculo con los universitarios.

El problema son las versiones extracancha. Desde amaños de partidos de su cuerpo técnico en beneficio para La Pandilla, hasta una supuesta relación íntima con una jugadora, es lo que ha ido encaminando la teoría sobre la salida de Siboldi.

Columnistas y analistas deportivos, no sé si para vender o generar audiencia, se han ido por la vía del chisme, sin embargo, en lo que todos coincidimos, es que debió acontecer algo muy grave para tomar tan abrupta decisión, sobre todo en torno a un DT que siempre trajo a Tigres en competencia latente y que ya habían sido campeones.

Sin embargo, aquí hay dos situaciones a destacar.

La primera, que en México los procesos, por X o Y razón, no son respetados. No hay soluciones internas que permitan se mantenga el trabajo y planeación en cuestión o, al menos, el equipo que haya dado forma al plantel y seguir con esa línea de seguimiento.

Esto es algo que, al parecer, está por suceder con Jaime Lozano en la Selección Mexicana, ante la desaprobación colectiva por su rendimiento al frente del Tri.

Y segundo, tal vez lo más grave, el tejido social del futbol mexicano está dañado. En dado caso de sustentarse, -porque de confirmarse estaría en chino y sería una en un millón-, los supuestos problemas extracancha de Siboldi que habrían detonado su salida, habla de lo permisible que es el balompié de nuestro país.

Reflejaría un problema de educación y de profesionalismo, además de comprobar que el deporte en tierra azteca se mueve bajos otros intereses, lejos de lo que suceda en la cancha.

Daría coraje, tristeza y ansiedad, pero no sorpresa: es un secreto a voces que existan “favores” para ser alineado o llegar a un club, arreglos para beneficiar a unos y perjudicar a otros, así como ciertas conveniencias que, al final de cuentas, solo son exitosos para los de pantalón largo, pero agreden al que, debería ser, el más importante en la balanza: el aficionado.

Y ojo, algo que también es inaudito, dañar la imagen de terceras personas, como la futbolista involucrada en este asunto, reflejo de lo fatal que se han convertido tanto las fake news, como dos posts sensacionalistas en redes sociales, sin oficio ni beneficio.

Serán peras o serán manzanas, lo cierto es que Tigres, como equipo varonil y como institución, ahora tendrá que remar contra corriente y el siguiente DT que llegue, enfrentarse a una plantilla que ya se había adaptado a un sistema, para replantear todo de cara al Apertura 2024... pero bueno, aún hay tiempo.