Laura Canizales, adiós a la tenaz novillera

El mundo del toreo está de luto, pues días atrás murió la novillera Laura Canizales, quien a pesar de ser originaria de Monterrey, Nuevo León, mucha de su carrera taurina la hizo recorriendo plazas de nuestro estado.

Fue en la década de los 90, cuando el toreo estaba en su apogeo en nuestro País, que la novillera se dio a conocer en el ambiente taurino, alcanzando a presentarse en el Cortijo de Saltillo, en San Pedro, Nuevo León, en Salvatierra, Guanajuato y en Tequisquiapan, durante la Feria del Queso y el Vino.

Donde había toro, allí también estaba la imagen de esa torera en ciernes que quería su lugar en el escalafón novilleril de esa época. Sin embargo, muchas puertas se cerraron por el puro hecho de ser una mujer torera, pues los toreros tenían cierto recelo al tener que alternar con ella.

Quizás el presentimiento de verse opacados en valentía por Laura les impedía darle una oportunidad. Pero la novillera siempre soñó con llegar a doctorarse, eran toreros como el español Enrique Ponce, su paisano Eloy Cavazos, el guanajuatense David Silveti y Manuel Capetillo quienes alimentaron esa ilusión.

Correr la legua no fue sencillo, en su trayecto hubo descalabros como el haber sufrido la fractura de tibia y peroné, aunque nunca sufrió el llamado “bautizo de sangre”, pero estos obstáculos sólo animaron más a la novillera.

Una de esas mujeres que también inspiraron a Laura Canizales fue la torera española Cristina Sánchez, una dama de hechuras taurinas; por desgracia, Canizales se dio cuenta que el sueño era inalcanzable, no había oportunidad para las mujeres y dejó abandonado el capote y la muleta, a medias porque en los festivales de aficionados siempre estuvo presente.

Nunca olvidó a la afición de San Luis Potosí; su familia siempre fue el apoyo para su vocación y desean recordarla como siempre fue: un gran ejemplo de vida para las personas que la conocieron; una mujer valiente, tenaz y luchando por sus sueños con mucha fortaleza y fe.