Expropiación de bancos, el mayor error de México

ACAPULCO.- La estatización de la banca que decretó el presidente José López Portillo en 1982 fue tristemente recordada en la 75 Convención Bancaria como una decisión absurda, inútil y populista.

A casi 30 años, se dijo que aquel anunció fue uno de los más duros golpes del viejo régimen al sistema financiero nacional.

Y es que lejos de resolver la crisis en que se encontraba inmersa, la banca entró en una dinámica que la llevó a la quiebra y reprivatización en 1991, ya durante la administración de Miguel de la Madrid Hurtado.

Así, fue la propia historia la que se encargó de enmendar un error que cobró facturas y dejó la mayor parte de la banca, otrora nacional, en manos extranjeras.

Sin embargo, pese a ello, el país cuenta hoy con un sistema financiero sólido y estable que contribuye al crecimiento económico del país.

En este contexto, se hizo un reconocimiento post mortem a don Rolando Vega Iñiguez, quien dedicó 32 años a la banca y, entre otros cargos, en 1951 fungió como director del Banco de Industria y Comercio.

También fue presidente del Club de Banqueros de 1982 a 1988 y no estuvo de acuerdo con la estatización de la banca, pero, según se dijo, la aceptó con dignidad y compromiso.

Tras la estatización, participó activamente en organismos empresariales y actividades altruistas; presidió patronatos y fundaciones que atienden a los grupos menos favorecidos.

A decir de su hijo Rolando Vega Sáenz, compensó el dolor que la causó la estatización de la banca cuando vio que México volvía a alcanzar la estabilidad.

Finalmente, en 2007, a sus 85 años de edad, fue vencido por la enfermedad.

El presidente Felipe Calderón entregó a Rolando Vega Sáenz el reconocimiento post mortem a su padre.

"Siempre he pensado que, aparte de sus muchas cualidades, lo que más distinguía a mi padre era lo bien cimentada que tenía su escala de valores y la importancia fundamental que daba lo que debe ser prioritario en la vida", señaló.