El dólar fuerte, un dolor de cabeza para los exportadores de EU
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No todo Estados Unidos sufre con la apreciación del dólar. Las empresas que compran mucho en el extranjero se ven beneficiadas.
Nueva York, EU.- Empresas como el emporio de bienes de consumo Procter & Gamble, la pionera del software Microsoft, el gigante farmacéutico Pfizer y otras estadounidenses tienen un enemigo en común: el dólar alto. El dólar estadounidense vale actualmente más que en los últimos 11 años, y desde junio aumentó casi una cuarta parte en comparación con las otras divisas importantes. Esta apreciación es un problema para todas las empresas estadounidenses que venden mucho en el extranjero.
"Nos encontramos en medio de una competencia bastante fea en la que se trata de ver si la eurozona, Japón o Canadá logran debilitar más su moneda frente al dólar", dice el profesor Campbell R. Harvey de la Duke University en Durham, Carolina del Norte. La próxima en sumarse al dumping monetario podría ser China. Cuanto más bajo el tipo de cambio, menor es el precio al que pueden ofrecer sus productos las empresas de dichos países a nivel internacional. "Los exportadores estadounidenses se ven castigados por esta competencia para devaluar", afirma Harvey. Las consecuencias son una merma en las ganancias y un menor empleo.
Junto con la revista "CFO Magazine", la Duke University realiza cada tres meses una encuesta sobre el clima entre los principales empresarios de la economía estadounidense. Los resultados difundidos el miércoles muestran que el temor a un dólar fuerte es grande. Dos de cada tres grandes exportadores estadounidenses que obtienen al menos una cuarta parte de su facturación en el extranjero consideran que su negocio se vio perjudicado. Una cuarta parte de los alrededor de 1,000 encargados de finanzas señaló que los planes de inversión se vieron por ello considerablemente reducidos.
Sin embargo, no todo Estados Unidos sufre con la apreciación del dólar. Las empresas que compran mucho en el extranjero se ven beneficiadas, como por ejemplo los fabricantes de automóviles con proveedores internacionales o las empresas de vestimenta que producen fuera del mercado estadounidense. Los consumidores comunes pueden encargar a buen precio cosas mediante el e-commerce en la eurozona. El problema es que esto no ayuda a la economía estadounidense, así como tampoco el hecho de que los turistas puedan hacer vacaciones más económicas afuera. Su dinero no es destinado a bienes "Made in USA".
Por eso, la mayoría de los economistas advierte acerca de los riesgos económicos de una moneda cara. Una mirada a los últimos balances trimestrales de las empresas estadounidenses demuestra rápidamente que muchas grandes empresas ya tuvieron que hacer recortes por el aumento del dólar. Y según los analistas, incluso podría seguir subiendo. Muchos expertos esperan que el nuevo flujo monetario del Banco Central Europeo (BCE) presione hacia la paridad del euro con el dólar. Mientras las compuertas del dinero están abiertas de par en par en todo el mundo, en Estados Unidos en cambio se vislumbra el fin de esta línea laxa.
"De todas formas, la Fed es uno de los pocos bancos emisores del mundo que no participa en la competencia por la devaluación", dice el experto del Commerzbank Lutz Karpowitz. El corresponsal del "Wall Street Journal" John Hilsenrath, considerado uno de los que tiene mejores contactos con la Reserva Federal, informó el martes que la Fed probablemente podría fijar en su próxima sesión los pilares para un aumento de las tasas en junio. Con ello, el dólar recibiría un empujón aún mayor, lo que aumentaría las quejas de los exportadores estadounidenses.
Por Hannes Breustedt/DPA