Afronta Boeing grandes desafíos en su centenario
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Hace 100 años, el 15 de julio de 1916, William Boeing fundó con su compañero George Conrad Westervelt y un capital inicial de 100,000 dólares la Pacific Aero Products Company
Todo comenzó con un sencillo embarcadero en el lago Union. Aquí, en en Seattle, en el estado norteamericano de Washington, William Boeing quería construir un yate. Sin embargo, el empresario descubrió pronto su fascinación por el vuelo y en poco tiempo convirtió el edificio en una fábrica aeronáutica.
Resultaría ser una buena idea: hoy, Boeing es líder mundial en la construcción de aviones. El legendario "Red Barn", el primer taller de la fábrica, se encuentra ahora en el Museo del Vuelo de Seattle, como símbolo de una asombrosa historia empresarial.
Hace 100 años, el 15 de julio de 1916, William Boeing fundó con su compañero George Conrad Westervelt y un capital inicial de 100,000 dólares la Pacific Aero Products Company, el fundamento de lo que sería el imperio aeronáutico y espacial de Boeing, que actualmente tiene un valor en bolsa de 82,000 millones de dólares. Lo que pocos saben es que un pionero alemán desempeñó un papel importante en esta historia de éxito, porque las raíces de Boeing están en Alemania.
En el año 1886, el alemán Wilhelm Böing abandonó la localidad de Hohenlimburg, en la región de Sauerland, para probar suerte como empresario en Estados Unidos. Böing fundó una exitosa maderería y ganó suficiente dinero como para enviar a su hijo William a escuelas privadas y a la universidad de élite Yale. El nombre alemán Böing lo cambió a Boeing, que llegaría a ser sinónimo de la mayor empresa aeronáutica y espacial del mundo.
Sin embargo, en el centenario de su fundación, la compañía, que se beneficia en gran medida de los encargos armamentísticos y cuya historia incluye también capítulos oscuros como el lanzamiento de la primera bomba atómica sobre Hiroshima desde un bombardero Boeing B-29, afronta grandes desafíos.
La empresa estadounidense tiene que hacer frente a la creciente competencia por parte de su archirival Airbus. Los inversores ven el futuro con preocupación. Desde principios de año, la acción de Boeing ha perdido más del diez por ciento de su valor.
En la década de los 70, Boeing todavía se mofaba de Airbus, pero ya hace tiempo que el fabricante europeo llegó a ser un competidor igualmente fuerte. Después del primer avión comercial y de transporte A300, Airbus apostó a finales de los años 80 con la familia A320 por el importante mercado de los aviones de medio recorrido y comenzó a hacerle la competencia al Boeing 737. En el nuevo milenio, el Jumbo 747, con el que Boeing había logrado abaratar los vuelos de largo recorrido, fue desplazado por el A380 de Airbus como el avión de pasajeros más grande del mundo.
Actualmente, el fabricante estadounidense se está poniendo las pilas para recuperar el retraso de más de un año que tiene respecto a los europeos en la modernización de su lucrativa flota de aviones de corto y medio recorrido.
La cuota de mercado de Boeing en este segmento también ha bajado notablemente. Actualmente, Boeing se lleva alrededor del 60 por ciento de los pedidos de aviones de corto y medio recorrido. También es sombría la perspectiva de la versión más reciente del Jumbo, el Boeing 747-8. Ante la falta de nuevos encargos, la compañía ha decidido fabricar a partir de septiembre solo seis nuevos Jumbos al año.
Mucho mejor van las ventas del vástago más joven de Boeing, el avión de largo recorrido 787 "Dreamliner" y, durante mucho tiempo, también de su hermano mayor, el Boeing 777. Actualmente, este último modelo está siendo sometido a una terapia de rejuvenecimiento. El nuevo 777X debe ser bastante más económico en el consumo de combustible y ser capaz de hacerle la competencia al modelo más reciente de Airbus, el A350.
Sin embargo, Boeing entregó el primer ejemplar del 777 más de tres años después después de lo previsto. Y el "Dreamliner" incluso se convirtió temporalmente en una pesadilla: después de producirse un incendio en las baterías de dos de ellos, la Autoridad Nacional de Supervisión de Estados Unidos prohibió a principios de 2013 los vuelos de este modelo hasta que el problema quedó más o menos resuelto.
Pese a todos los problemas, Boeing ha logrado hasta ahora mantener su estatus como mayor fabricante aeronáutico del mundo. Ya hace 19 años que la compañía absorbió al único rival nacional que le quedaba en el segmento de los aviones comerciales, el fabricante McDonnell Douglas.
El año pasado, Boeing entregó 762 aviones de pasajeros, 127 más que Airbus. Además, Boeing fabrica helicópteros militares, drones, aviones de combate, satélites y componentes para la Estación Espacial Internacional (ISS). Sin embargo, la empresa y su socio Lockheed Martin perdieron recientemente la puja ante el competitor Northrop Grumman para recibir el encargo de desarrollar para la Fuerza Aérea estadounidense un nuevo bombardero como sucesor del legendario B-52.