El creador del Buen Fin es de Saltillo y nos cuenta cómo surgió la idea
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Jorge Dávila Flores narra a Vanguardia cómo surgió la iniciativa, y su consolidación a través de Gobiernos de distintos colores
Estamos celebrando la novena edición del Buen Fin, que gracias a la participación y a la suma de esfuerzos de todos (organismos empresariales en conjunto con los tres niveles de Gobierno y, sobre todo, por la confianza y participación de los consumidores) se ha convertido en el programa de promoción comercial más exitoso de Latinoamérica.
Podemos afirmar que el Buen Fin se ha convertido ya indiscutiblemente en una política público privada de ganar-ganar. Ya llegamos a la novena edición, y en esta ocasión trabajando coordinadamente con una nueva administración federal emanada del partido Morena.
Anteriormente este programa se había llevado a cabo en conjunto con administraciones de gobiernos panistas y priistas, lo que demuestra que se pueden lograr excelentes resultados para todos cuando trabajamos unidos empresas, sociedad civil y Gobierno, independientemente de los colores o siglas qué se trate.
Sin embargo, a pesar de que ha sido un programa muy exitoso, hay que cuidarlo. En esta novena edición hemos visto que ya algunas empresas, como el caso de Walmart, no están respetando las reglas establecidas por los organizadores (Concanaco Servytur, por el sector privado y la Secretaría de Economía), y esto es muy delicado porque se debe garantizar el piso parejo a todos los actores involucrados.
El Buen Fin desde que se lo propuse al presidente Calderón, en septiembre del 2011, estaba diseñado como un programa de ganar-ganar.
Ganan los consumidores: al obtener bienes y servicios de la mejor calidad al mejor precio.
Ganan los industriales: al programar su producción anual para desplazar en estas fechas, y así mantener el empleo y la producción en épocas de baja demanda.
Ganan los comerciantes y prestadores de servicios: al incrementar sus ventas.
Y gana también el Gobierno en sus tres niveles: porque aumentan sus niveles de recaudación fiscal, debido al incremento del consumo interno nacional.
Para muestra, se estima que en la edición pasada del Buen Fin, solo por el concepto del Impuesto al Valor Agregado, se recaudaron más de 15 mil millones de pesos durante los cuatro días, además de ser un instrumento que genera un gran número de empleos formales.
De acuerdo a datos de Banco de México, ABM, ANTAD e INFONACOT, este programa ha mantenido ventas crecientes desde su implementación en el año 2011.
Los resultados de los últimos cuatro años demuestran que el Buen Fin es el evento de mayor impacto comercial de nuestro país, y son los siguientes: en 2015, 80 mil 700 millones de pesos; para 2016, 89 mil 600 millones de pesos; en 2017, 91 mil 900 millones de pesos; y en 2018, 112 mil 400 millones de pesos.
Cabe resaltar que en la edición del 2018 solamente el 36.74 por ciento de las ventas se realizaron a crédito, y el resto utilizando tarjetas de débito o efectivo. El uso de las tarjetas de débito se ha incrementado notablemente los últimos años, ya que los consumidores desean participar en el sorteo del Buen Fin, que otorga 500 millones de pesos en premios (reembolso de sus compras).
Los consumidores pueden particiar en éste al utilizar tarjetas de crédito o de débito, y siempre y cuando adquieran sus productos durante los cuatro días en empresas legalmente establecidas, pues otro de los objetivos del programa es contribuir a la bancarización y a la formalización de la economía de nuestro país.
Así, es indudable que los beneficios que arroja este programa son para todas las regiones del país. Sin embargo, para el norte de México también representa un beneficio adicional, pues se disminuye notablemente la salida de consumidores hacia los Estados Unidos. Incluso en algunas zonas fronterizas hay consumidores del país vecino que vienen a realizar sus compras del lado mexicano, durante la celebración del Buen Fin.
En estos momentos, en que los indicadores económicos no son favorables para la actividad económica de México, es muy importante mandar señales positivas e impulsar el mercado interno, realizando las compras necesarias en forma responsable en las empresas formales que participan en este exitoso programa.
Sobre el autor:
- Comerciante (desde 1984)
- Consejero Nacional del Consejo Coordinador Empresarial
- Presidente de Concanaco Servytur México (2010-2014)
- Creador del Buen Fin
- Coordinador General del Buen Fin (2011-2015)
- Presidente de la Comisión de Economía de la LXIII Legislatura