La industria O&G del 2016
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Si a México el impacto precio del petróleo le ocasionó un resfriado, a Pemex le sigue dando una pulmonía
Estimado Lector.
Antes que nada mis disculpas por la pauta en la escritura, sobre todo en estos tiempos tan volátiles de la industria, cuando unas semanas presentan una infinidad de cambios. Sin más preámbulo, más bien ganas de retomar la participación en la discusión de la industria Oil&Gas, este artículo pretende describir dónde nos estuvimos el pasado mes de enero para así poder ver qué nos depara el 2016. Así, conforme pasa el año y vivimos los altibajos de esta montaña rusa (véase la gráfica), nos podremos enfocar en temas más específicos.
Macro (Oferta y Demanda)
Empezando desde una perspectiva global, el 2015 fue el año más caluroso en la historia moderna ocasionando una disminución en el consumo de energéticos. En términos económicos, el año pasado brindó un menor crecimiento en China, Brasil y Rusia, los cuales también han hecho quela demanda por hidrocarburos disminuya. A su vez, la resistencia de los productores de seguir produciendo a estos precios ha sido admirable –especialmente de los productores de gas shale.
Por su parte, los integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no han parado de bombear para no perder su cuota de mercado. En resumen, el 2015 se caracterizó por una menor demanda y una sobreoferta.
Los efectos han sido notorios y, como en todo, existen naciones vencedoras y perdedoras. Obviamente aquellos países consumidores han obtenido los mayores beneficios. La zona del Euro, por ejemplo, ha dejado de pagar el equivalente al 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) gracias a los precios bajos en sus compras de hidrocarburos. A India, un país mayormente importador, un menor gasto en petróleo también le estado ayudando al crecimiento considerable de su economía. Del otro lado de la moneda tenemos a Venezuela donde la posibilidad de que deje de honrar sus deudas internacionales y entrar en bancarrota es grandísima. En Irak, por ejemplo, los precios bajos también perjudican su situación de seguridad.
Los efectos en la industria privada son todavía más notorios: la consultora Wood Mackenzie calcula que en esta industria se ha pausado proyectos por el equivalente a 380 miles de millones de dólares, la consultora IHS habla de 1.8 billones entre 2015 y 2020. Tan solo en equipos de perforación (taladros), de enero del 2015 a enero de este año, Baker Hughes reportó que se solamente en Estados Unidos se han desactivado 996 unidades. Por consecuente, cientos de miles de personas han perdido sus empleos tanto en la industria estadounidense como en la global (tan sólo la semana pasada Schlumberger y BP anunciaron otro recorte en personal por 10 y 4 mil empleados respectivamente).
México
En cuanto a las finanzas públicas, el menor ingreso petrolero ocasionó que en el 2015 se diera un recorte en el gasto público de 9 mil millones de dólares. De hecho, este ajuste pudo haber sido mayor pero los efectos han sido absorbidos en gran medida gracias al sistema de coberturas (que cada día cuestan más). Cabe destacar nuestra moneda también ha sufrido, pero esto es más debido al fortalecimiento generalizado del dólar con respecto a las economías globales emergentes, y no algo particular de México. De hecho, la venta de nuestro crudo sigue siendo en dólares, por lo que el efecto en exportación es positivo al convertirlo a pesos, aunque obviamente la balanza comercial disminuye.
El mayor efecto a México viene a través de la Reforma Energética y en su empresa productiva del Estado. Hasta el momento la Ronda 1 ha ofrecido 3 licitaciones con resultados mixtos. La siguiente y última fase de la Ronda 1es exploración en Aguas Profundas, donde se encuentran las joyas de la corona mexicana. Al igual que los cientos de proyectos en pausa, este ha tenido que ser pospuesto indefinidamente (se rumora que hasta mediados del 2017). De nuevo esto no es algo particular de México. Recordemos que perforar en Aguas Profundas presenta los mayores costos a nivel global y, por ende, es el sector de la industria con mayor impacto.
Pemex
Si a México el impacto precio del petróleo le ocasionó un resfriado, a Pemex le sigue dando una pulmonía. El CEO de la empresa productiva, Emilio Lozoya, reconoció que Pemex ha pedido el 80% de sus ingresos en menos de un año. Sin importar que el costo de extracción sean menor a los 10 dólares por barril, esos campos bondadosos (baratos) en decline dejan de ser rentables una vez que se le agregan los impuestos.
Consecuentemente, en noviembre del año pasado Moody’s, la agencia calificadora para cuestiones de acceso a capital, bajo la calificación de Pemex. En el momento que más necesita de inyección de capitales para prepararse y poder competir en su propio suelo. Pemex (y por consiguiente, el Estado) ha tenido que recurrir a otras estrategias para conseguir capital, tal es el caso de los farmouts, que el día de hoy se encuentran parados, y otras alianzas como las recientemente firmadas en el Medio Oriente.
¿Qué nos depara el 2016?
Esta industria es tan difícil de predecir como lo es el clima y todo lo descrito es cuestión del pasado. En tan solo los últimos dos días de trading una onda de frio y un solo comentario positivo en el World Economic Forum de Davos han hecho que la mezcla mexicana se recupere más de 20%. Pero por más que nos gustaría decir que Cisnes Negros señalan el fondo del barril, la recuperación en el 2016 es poco probable.
Los factores macroeconómicos pintan a que la sobreoferta continuará hasta el próximo año. De hecho, la semana pasada la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) reportó que se prevé que la sobreoferta equivalente a un millón de barriles al día a lo largo del 2016. En resumen, China va a seguir desacelerando, la OPEP no recortará su producción e Irán eventualmente inyectará lo que le habían prohibido.
Por su parte, otros países han aprovechado para reducir substancialmente los subsidios al precio de la gasolina, ocasionando otra baja en consumo, mientras que los estándares de eficiencia en ahorro de gasolina siguen reinando el mercado de nuevos autos. Todo lo cual contribuye a la sobreoferta y sus efectos adversos en la industria: si para mediados de noviembre 2015 ya había 36 compañías Oil& Gas en concurso mercantil (bancarrota) en Estados Unidos, este año esta figura se incrementará. De la misma manera, vamos a ver más compañías grandes comerse a los pequeñas vía fusiones y adquisiciones.
Tal vez te preguntes: OK, yo no trabajo en la industria energética... ¿a mi cómo me afecta? Recordemos que esta es una de las industrias, al igual que la financiera, que puede voltear los mercados globales de cabeza. Los grandes bancos estadounidenses ya están sintiendo los efectos de tener que soportar pérdidas por cuentas que nunca van a poder cobrar de aquellos en bancarrota. Asimismo, el índice de volatilidad “oil VIX”, que mide las expectativas del mercado y sube con la incertidumbre, empieza a alcanzar niveles similares a los de la crisis del 2008-2009.Estos efectos poco a poco se han estado permeando en los mercados financieros globales y, por consecuente, deprimiendo el índice de confianza de los consumidores. Por ende, menos entidades estarán dispuestas a invertir dentro o fuera de su país, y es aquí donde llegamos México.
Es cierto que México no ha dejado de ser atractivo para las empresas extranjeras, con o sin crisis, las joyas de la corona seguirán ahí y el petróleo continuará siendo la fuente energética más efectiva. No obstante, necesitamos el acceso al capital privado para poder monetizar las reservas. Si no hay entidades dispuestas a invertir, solos no vamos a poder crecer a los ritmos esperados.
También es cierto que la Reforma Energética ha traído consigo mayores oportunidades para poder inyectar capital privado. No solo mediante los contratos de la Ronda Uno y los farmouts, sino que también se puede buscar la liquidez de inversión en proyectos a través de las “Fibras E”. De hecho, es así como Pemex espera obtener entre mil y 2 mil millones de dólares en el 2016. Pero Pemex tendrá que hacer mucho más para poder salir adelante y escaparse de una segunda revisión crediticia por parte de Moody’s (la cual ya está en proceso). Se tendrá que solucionar el problema de los farmouts a la brevedad, dar mayor autonomía presupuestaria, continuar el proceso de restructuración interna y redoblar los esfuerzos por conseguir inversión privada y canalizarla al país. De lo contrario, se corre el riesgo de que se tenga que incurrir en mayores recortes en presupuesto y/o en incrementar la deuda pública.
Si bien la curva de aprendizaje ha traído consigo modificaciones positivas que se ven reflejadas en contratos por el 100% de los campos licitados en la tercer fase, tenemos que tomar en cuenta que el continuo desplome del precio cambia la mecánica para todos los involucrados, principalmente para las compañías pequeñas que dependen altamente de deuda para poder solventar sus obligaciones. En otras palabras, las primeras licitaciones de julio 2015 se dieron a un precio del barril que ahora se encuentra un 40% más bajo. En este contexto se corre el riesgo de que se “baje el cero y no contenga” para aquellos ganadores.
Por su parte, de continuar esta tendencia y no poder brindar resultados tangibles a la sociedad, la confianza en el Gobierno caería todavía más brindando inestabilidad social y los problemas aumentarían. En resumen, nadie esta inmune.
No obstante, esto no quiere decir la Reforma sea un fracaso y esto es lo que debemos entender. Es desafortunado que la Reforma haya caído en tiempos de recesión para la industria petrolera global, pero tal como vimos en la gráfica, la industria es altamente cíclica. La falta de inversión, vía proyectos pospuestos, eventualmente harán que la demanda supere la oferta y, por ende, que los precios del barril reboten. Si bien esto no se espera que sea pronto ni en forma de “V”, si pasará. La industria lo sabe y es por eso que sus decisiones normalmente son a largo plazo. De nuestra parte tal vez no podamos cambiar el futuro de los mercados financieros gracias a su volatilidad, pero lo que si podemos hacer es empeñarnos en mejorar las condiciones de Pemex y la Reforma. Esta es la misión del 2016; seguir trabajando en mejorar nuestra situación interna. Así, cuando la montaña rusa empiece a hacer ese sonido lento de cadenas y engranes jalando el precio del barril hacia arriba, podremos cosechar resultados.
Saludos cordiales.
@merlinken