TLCAN quedará antes del proceso de 2018
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Analistas consideran prudente evitar que el acuerdo se contamine con el ruido político que se generará en México
CDMX.- La modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) tiene fecha de arranque y se busca finalizar el acuerdo antes de que se contamine con el proceso electoral de 2018, reconocieron expertos.
El gobierno de Estados Unidos anunció que la primera ronda de la renegociación se va a llevar a cabo del 16 al 20 de agosto en Washington.
Según fuentes consultadas, a partir de esa fecha las autoridades de los tres socios comerciales se reunirán cada tres semanas con la intención de alcanzar un acuerdo a finales del presente año o a principios del próximo.
Se prevé que se realicen siete rondas de negociación durante ese lapso, además de otras intersesionales.
El titular del Consejo Estratégico de Negociaciones Internacionales del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Moisés Kalach, explicó que la propuesta es que una semana sea de reunión y la otra de consultas en cada uno de los países miembros y en las que participen gobierno y sector privado.
Kalach dijo que será en los próximos días cuando se determine exactamente cómo se realizarán para evitar que el ruido político afecte las elecciones de los tres países. “Queremos que se haga la renegociación correcta porque es lo que se va a quedar en los siguientes 20 o 30 años”.
El ex subsecretario de Comercio Exterior de México y socio de White & Case, Francisco de Rosenzweig, dijo que se requieren rondas de negociaciones continúas e intensas para evitar contaminación con el calendario político.
“Una vez conocidos los objetivos de Estados Unidos, parece que existe una base común de que los tres países quieren avanzar de manera expedita para concluir la renegociación en diciembre o enero próximos”, expuso.
El socio director de Hogan Lovells, Juan Francisco Torres Landa, dijo que en Estados Unidos tienen en el radar que hay elecciones en México y que existe la posibilidad de un cambio de partido en el poder. “Lo que no se logre en este año los va a agarrar con las manos atadas”.
Sin embargo, si se ponen sobre la mesa temas inadmisibles se corre el riesgo de llegar a un impasse que suspenda la negociación y que se retome hasta que haya voluntad política.
En las negociaciones participarán el representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer, y el jefe negociador, John Melle, representante comercial adjunto para el hemisferio occidental.
De lado mexicano, encabezarán los encuentros el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y el subsecretario de Comercio Exterior, Juan Carlos Baker. La representación de Canadá estará a cargo de la ministra de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland.
Aun y cuando las negociaciones concluyan este año, el “escenario más probable” es que el congreso estadounidense lo apruebe en 2019, dijo el vicepresidente de Iqom y asesor del Consejo Coordinador Empresarial, Jaime Zabludovsky.
“Un escenario sobre el que se trabaja es que si la negociación se concluye en diciembre de 2017, Trump, antes de firmar el acuerdo tendrá que guardarse el documento entre 90 y 180 días sin que lo pueda firmar”, dijo.
La firma podría concretarse en marzo de 2018. Milenio
Pero si hay cambios, el periodo para concluir el proceso estadounidense será de 180 días, y hasta entonces se firmará.
En el caso de México, de tenerse lista la firma de los cambios al TLCAN en junio de 2018, el Ejecutivo puede enviarlo al Senado para su aprobación en el siguiente periodo de sesiones, que comienza en septiembre de 2018, con un Poder Legislativo renovado.
Figuras fuertes
Ildefonso Guajardo (México)
El secretario de Economía tiene experiencia como negociador en tratados comerciales, además de la ventaja de ser parte del equipo que pactó el TLCAN en 1994.
Chrystia Freeland (Canadá)
Con su experiencia de legisladora y de periodista, la ministra de Relaciones Exteriores el rostro de Canadá en la negociación.
Robert Lighthizer (EU)
Considerado un “halcón” en el uso de mecanismos de represalia comercial, el funcionario será una figura clave de la renegociación y representa la línea más dura y proteccionista de la administración Trump.