La escalera del Santo Sepulcro... el objeto que lleva 300 años en el mismo sitio y que podría desatar una guerra religiosa (video)

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La escalera del Santo Sepulcro en Jerusalén lleva más de 300 años en el mismo lugar. Descubre por qué no se puede mover, qué simboliza y cómo se convirtió en un ícono de la división religiosa
En Jerusalén, justo en una ventana de la Iglesia del Santo Sepulcro, hay una escalera de mano de madera que ha estado en el mismo lugar durante más de 300 años. Se le conoce como “la escalera inamovible” o “la escalera del Status Quo”.
Aunque a simple vista podría parecer un olvido arquitectónico, en realidad es uno de los símbolos más visibles de los complejos acuerdos que rigen este sagrado sitio cristiano.
La Iglesia del Santo Sepulcro es uno de los lugares más venerados del cristianismo. Según la tradición, ahí se encuentran el Gólgota, donde fue crucificado Jesús, y el sepulcro donde fue sepultado y resucitó. Pero su administración está lejos de ser sencilla: seis grupos cristianos comparten la custodia del templo, bajo un acuerdo milimétricamente negociado desde el siglo XVIII.
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EL STATUS QUO: UN ACUERDO PARA MANTENER LA PAZ... Y EL CONFLICTO
Durante el reinado del sultán otomano Osman III, en 1757, se impuso el llamado Acuerdo del Status Quo, que divide la administración de los sitios sagrados entre las diferentes confesiones cristianas. Según este decreto, cualquier modificación en zonas compartidas del templo debe ser aprobada por unanimidad. Si un grupo no está de acuerdo, no se puede hacer nada. Ni siquiera mover una escalera.
Es por esta razón que la escalera, ubicada en una cornisa por fuera de una de las ventanas de la iglesia, no ha sido retirada. Nadie puede determinar con certeza a quién pertenece ese espacio: si a los armenios, a los griegos ortodoxos o a los católicos romanos. Y como nadie puede demostrar dominio absoluto sobre esa zona, tampoco se puede tomar una decisión unilateral. El resultado es que la escalera sigue ahí, día tras día, siglo tras siglo.
SEIS GRUPOS CON DERECHO Y PODER DE VETO
La escalera del Santo Sepulcro se ha convertido en una especie de testigo silencioso de las tensiones históricas entre estas seis denominaciones cristianas:
• La Iglesia Católica Romana
• La Iglesia Armenia Ortodoxa
• La Iglesia Griega Ortodoxa
• La Iglesia Ortodoxa Copta Egipcia
• La Iglesia Ortodoxa Etíope
• La Iglesia Ortodoxa Siria
Cada grupo posee derechos específicos sobre distintas partes del templo, y todos tienen poder de veto sobre cualquier modificación. El más mínimo desacuerdo puede detener reformas, reparaciones y, por supuesto, el movimiento de una escalera.
CUANDO LA ESCALERA HA SIDO MOVIDA
Aunque ha permanecido inalterada la mayor parte del tiempo, la escalera fue movida en contadas ocasiones.
• En 1981, un hombre intentó robarla, pero fue detenido rápidamente por la policía israelí.
• En 1997, un bromista logró esconderla durante semanas antes de que fuera devuelta a su sitio.
• En 2002, un monje la movió para protegerla del sol, lo que le costó la expulsión de la iglesia.
• Y en 2009, un grupo de obreros la trasladó temporalmente para montar andamios con los que se reparó el campanario.
Desde entonces, la escalera permanece en su lugar original, con una vigilancia que no descansa.
EL SIMBOLISMO DETRÁS DE LA ESCALERA
Más allá de las anécdotas y las reglas, la escalera se ha transformado en un poderoso símbolo de la división cristiana. Durante su visita a Tierra Santa en la década de los 60, el papa Pablo VI quedó profundamente conmovido al verla. Aunque reconocía el valor histórico del Status Quo, lamentó que aquella escalera fuese también testimonio visible de la desunión entre los seguidores de Cristo. Fue él quien decretó que no se debía mover hasta que las diferencias entre las iglesias fuesen superadas.
Un simple objeto, clavado en el tiempo, recordando que la reconciliación aún está pendiente.
DATOS CURIOSOS QUE NO CONOCÍAS
• La escalera está hecha de madera de cedro, y su antigüedad la convierte en un objeto histórico por derecho propio.
• Es visible desde la plaza frontal del Santo Sepulcro y se ha convertido en una atracción para peregrinos y turistas.
• Existe una réplica de la escalera en miniatura dentro del museo del templo, y otra en el Vaticano como símbolo de unidad pendiente.
• Pese a estar al aire libre durante siglos, la escalera ha resistido milagrosamente las inclemencias del tiempo y los conflictos armados en Jerusalén.
¿Y si algún día alguien la moviera sin permiso? Expertos advierten que una acción así podría detonar protestas o incluso una crisis diplomática entre comunidades religiosas.
UN OBJETO PEQUEÑO, UNA GRAN LECCIÓN
La historia de la escalera del Santo Sepulcro no es solo la de un objeto inmóvil. Es la historia de un equilibrio delicado, de pactos forzados, de tensiones religiosas aún no resueltas. Pero también es un llamado a la unidad, a la reconciliación, y al respeto por las diferencias. Mientras la escalera permanezca en su sitio, seguirá siendo un recordatorio de que el camino hacia la paz no siempre empieza con grandes gestos, sino con el simple acto de ponerse de acuerdo.