Adiós al muro flotante; juez ordena a Greg Abbott retirar barrera del Río Bravo antes del 15 de septiembre

El muro flotante instalado por el gobernador de Texas, Greg Abbott en el Río Bravo, ha sido un dolor de cabeza para los presidentes de Estados Unidos y México, debido a la evidente violación de los Derechos Humanos, poner en riesgo cientos de vidas de personas que intentan migrar, y la invasión de territorio mexicano.

Sin embargo, este problema parece terminar, ya que el miércoles 6 de septiembre, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el gobierno de México reconoció la decisión de retirar la barrera de boyas flotantes colocada en el área de Eagle Pass, Texas, ordenada por la Corte Federal para el Distrito Oeste en Estados Unidos.

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El comunicado emitido por la SRE declaró lo siguiente: “Nos mantendremos atentos a la resolución final y reiteramos la urgencia de retirar de manera definitiva las boyas en nuestra frontera compartida; así como la importancia de respetar el Tratado Bilateral de 1944 y salvaguardar los derechos humanos de las personas migrantes”.

Un juez federal de Texas le ordenó al gobierno de Greg Abbott retirar el muro instalado sobre el Río Bravo, en la frontera sur de Estados Unidos, antes del 15 de septiembre de año presente. En el fallo, el magistrado David Ezra señalo que dicho muro es una “obstrucción a la capacidad navegable”, además reprochó al gobierno estatal, republicano, por no haber solicitado autorización federal antes de instalarla.

“La conducta de Texas perjudica irreparablemente la seguridad pública, la navegación y las operaciones de funcionarios de agencias federales en el río Bravo y sus alrededores”, puntualizó.

El fallo no solamente prohíbe el muro, también Texas no puede volver a instalar boyas o cualquier otro tipo de estructura en el río. Esta noticia se ha convertido en una victoria para el gobierno de Joe Biden, que habría presentado inicialmente la demanda en contra de la barrera ante el Tribunal de Justicia.

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ASÍ SE VIVIÓ EL JUICIO

En un inicio, el gobierno de Texas defendió la instalación de la barrera, de 300 metros de longitud, acusando a la administración del lado demócrata de no defender la frontera sur en caso de haber una invasión; debido a esto, se vieron en la obligación de ejecutar sus propias medidas para asegurar su ‘protección’.

El magistrado Ezra, rechazó el argumento bajo el hecho de que si al gobierno de Texas se le otorgara esa protestas, tendría más poder del que posee el presidente de los Estados Unidos de América. El juez también determinó que no se entregó ninguna evidencia creíble que demostrara que la barrera ha reducido significativamente la migración irregular de la zona; añadiendo que el muro atenta contra la vida de quienes quieren cruzar.

EL GOBIERNO FEDERAL CELEBRA Y ABBOTT ANUNCIA QUE APELAÁ

El gobierno federal celebró esta medida. A través de un comunicado, la Fiscalía federal, Vanita Gupta, expreso: “Estamos satisfechos de que el tribunal haya determinado que la barrera es ilegal y pone irremediablemente en peligro las relaciones diplomáticas, la seguridad pública, la navegación y las operaciones de los agentes federales en el río Bravo y sus alrededores”.

El gobernador de Texas no se quedó cayado y anunció que apelará a la sentencia: “La decisión de hoy simplemente prolonga la negativa del presidente Biden a reconocer que Texas está legítimamente dando un paso al frente para hacer el trabajo que debería haber estado haciendo todo el tiempo”.