Campaña contra Harfuch viene desde Palacio y sus arquitectos son Batres y Ramírez
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El periodista Raymundo Riva Palacio revela que el golpeteo contra el candidato de Claudia Sheinbaum, García Harfuch, viene desde el ala del obradorismo más radical y lleva como fin descarrilarlo de la jefatura de Gobierno
CDMX.- Desde Palacio Nacional se ha emprendido una campaña negativa contra Omar García Harfuch y está encabezada por ala más radical del obradorismo que representan el vocero presidencial Jesús Ramírez Cuevas y el actual jefe de Gobierno Martí Batres.
Estas revelaciones las hace hoy en su columna el periodista Raymundo Riva Palacio, quien advierte que este golpeteo político contra el exsecretario de Seguridad capitalino no sólo le pegan a él, sino también a quien será la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, la principal impulsora de la García Harfuch.
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La “lluvia de misiles” tiene como fin descarrilar a Harfuch de la carrera por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y cuya “batería de ataques” se ha emprendido desde diferentes frentes.
“Las fuerzas que no quieren que llegue a gobernar la capital federal probablemente no han reparado que en la campaña contra él hay un segundo objetivo, deliberado o inopinado, Claudia Sheinbaum, quien será la candidata presidencial del oficialismo el próximo año”, refiere el periodista.
Riva Palacio también advierte que si el sector más radicar de Morena logra descarrilar ahora a Harfuch sería un golpe para Sheinbaum incluso su ella gana la elección presidencial.
“Esto es algo que no puede permitir, porque quedaría debilitada”, añade.
De ocurrir lo contrario, señala el analista, la exjefa de Gobierno tendría plenamente identificados a quienes planearon el ataque “para cuando llegue el momento de las depuraciones”.
CASO AYOTZINAPA, LA SOMBRA DE HARFUCH
Omar García Harfuch carga desde hace tiempo con la sombra del Caso Ayotzinapa, en el que desaparecieron los 43 normalistas la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre en Guerrero.
Esto ha sido usado por no pocos enemigos del exsecretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX, señala Riva Palacio.
El funcionario ocupó hasta agosto de 2014 la Coordinación de la Policía Federal en Guerrero, un mes antes de la desaparición de los normalistas, pero se tienen registros de que habría participado en al menos dos reuniones en las que supuestamente se fraguó la llamada “verdad histórica”.
La confirmación la hizo ayer el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, quien encabeza la investigación del caso.
“Está tanto en el primero como en el segundo informe, en donde evidentemente no están los nombres completos. Sí aparece (Omar García Harfuch)... Está. Así de concreto”, dijo ayer Encinas en el Segundo Informe de la Comisión Ayotzinapa.
Los señalamientos fueron, una vez más, negados por el aspirante a jefe de Gobierno, quien reconoció haber participado en dichas reuniones, pero como integrante en la División de Gendarmería de la Policía Federal.
Además, aseguró que en dichas juntas se “establecieron las líneas de acción que se iban a seguir para buscar a los jóvenes en territorio, sin abordar temas de investigación”, y no para “fraguar la verdad histórica”, en la que supuestamente los estudiantes fueron asesinados e incinerados.
Pero Ramírez y Batres no son los únicos interesados en el policía, pues también hay periodistas que lo cuestionan por su posible participación en el caso Ayotzinapa. Dos de ellos son Témoris Grecko y Anabel Hernández, quienes no forma parte de la nómina de plumas del vocero presidencial.
Grecko, recuerda Riva Palacio, “publicó este martes en sus redes una serie de preguntas al exsecretario, en el marco del noveno aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa”, en las que cuestiona su vínculo con Guerreros Unidos, grupo criminal responsable de la desaparición.
En el caso de Hernández, ella es “una crítica sistemática de García Luna, ha sido contumaz en su cuestionamiento a García Harfuch, asegurando que un voto a favor de él sería votar a favor del exsecretario que se encuentra preso en Nueva York”.
Fue precisamente a ella, señala el analista, a quien Ricardo Mejía Berdeja, otro de los enemigos de Harfuch, entregó aún como subsecretario de Seguridad copias de exámenes de confianza que el ahora aspirante a la Jefatura de Gobierno “reprobó en la Policía Federal, que dependía de la Secretaría de Seguridad Pública Federal”.
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El objetivo de Berdeja, añade Riva Palacio, “desacreditarlo y evitar que fuera el remplazo de Alfonso Durazo cuando renunció para ir a buscar la gubernatura de Sonora”.
“García Harfuch es todo lo que repudia López Obrador −su vinculación con el pasado y que no pertenece al establo de los incondicionales−, pero representa una figura confiable para Sheinbaum, que lo ha ido jalando hacia la vida pública”, opina el periodista sobre el respaldo que la futura candidata presidencial de Morena le da brinda, pese a todo, a quien fue su secretario de Seguridad.