Cuestionan el recurso destinado a niños y adolescentes

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/ 17 octubre 2021

CDMX.- La contracción de recursos públicos para la atención de alrededor de casi 40 millones de personas de 17 años y menos, 13 millones de ellas en la etapa de primera infancia, continúa siendo una tendencia en la distribución presupuestaria durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y prendió los focos rojos en la Cámara de Diputados en vísperas de que se discuta el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2022.

Concentrado en el Anexo 18, el presupuesto destinado para la niñez y la adolescencia mexicana se puso bajo la lupa ante la publicación de informes del Coneval sobre el incremento de la población en situación de pobreza y pobreza extrema en los últimos dos años. En el caso de los menores de edad, uno de cada dos es pobre y uno de cada 10 es extremadamente pobre, según relata el semanario Proceso.

Organizaciones como el Pacto por la Primera Infancia alertaron sobre una disminución entre 2018 y 2012 de casi 33 mil millones de pesos de recursos para niñas y niños menores de seis años.

La representante adjunta de la Unicef en México, Pressia Arifin-Cabo, advirtió que, de acuerdo con estimaciones del Coneval, de 2018 a 2020 hubo un incremento de la población en situación de pobreza y de extrema pobreza, de 43 por ciento y ocho, respectivamente, proporción que se dispara en infantes y adolescentes, entre quienes se contabilizan 19.5 millones de pobres y 10 millones de pobres de manera extrema.

El balance de la atención de la infancia durante la actual administración realizado por Unicef, en voz de Arifin-Cabo, fue devastador: “en 2019 se destinaban 3.6 por ciento del PIB y 11.5 del gasto total a programas e intervenciones para la infancia; para 2022 se destinará 2.95 por ciento del PIB y sólo 10.2 del gasto total para casi 40 millones de niños en el País”.

Al resaltar que para 2022 se considera un “incremento mínimo en términos reales de 1.3 por ciento de lo presupuestado en 2021”, apuntó que “no favorece la inversión en niñas, niños y adolescentes, y por lo tanto, no responde a las crecientes necesidades que se han profundizado a raíz de la pandemia”.

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