El futuro del Senado de Estados Unidos se disputa en estas contiendas
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Al final es posible que el control del Senado no se decida esta semana. Eso se debe a que la ley de Georgia requiere que el ganador obtenga el 50 por ciento de los votos el Día de las Elecciones.
El Partido Republicano aspira a conseguir el control del Senado, pero el Partido Demócrata se ha enfocado en algunos candidatos republicanos endebles que son muy leales a Trump.
Dado que sigue sin definirse el control de un Senado dividido exactamente por la mitad, las elecciones de medio mandato de 2022 se han caracterizado por una incertidumbre inusual, desde las primarias hasta el mismo Día de las Elecciones. Si bien el clima nacional ha favorecido al Partido Republicano, representado con el color rojo, el atractivo cuestionable de algunos de sus candidatos ha logrado mantener en la batalla a algunos aspirantes del Partido Demócrata, representado por el color azul.
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Esto es lo que hay que tener en cuenta en la contienda por el Senado:
Nuevo Hampshire es un indicador de primera hora
La reelección de la senadora Maggie Hassan en Nuevo Hampshire parecía prácticamente asegurada, cuando, en las primarias, los votantes republicanos del estado eligieron como su abanderado a Don Bolduc, un general retirado, con ayuda de algunos correligionarios demócratas de Hassan, que financiaron su candidatura en las primarias.
Bolduc, un neófito político, había puesto al centro de su campaña el rechazo al resultado de las elecciones de 2020. Pero luego hizo un torpe giro de 180 grados el día después de las primarias y dijo que, en realidad, el presidente Biden había ganado de manera limpia y justa, lo cual amenazaba con alienar a su base de votantes así como a los indecisos que, según las encuestas, ya desconfiaban de él.
Pero a medida que el ambiente nacional se tornaba contra los demócratas, Bolduc se ha mantenido firme. Parecía que los funcionarios del Partido Republicano lo abandonaban, pero regresaron con rapidez al “estado de granito” cuando las encuestas se hicieron más reñidas. Una victoria de Bolduc en la zona horaria del Este indicaría que a los demócratas en el Senado les espera una larga noche.
Una victoria demócrata en Carolina del Norte podría aumentar sus esperanzas
La contienda inesperada de la temporada ha sido la de Carolina del Norte, donde Cheri Beasley, demócrata y exjuez de la Corte Suprema del Estado, ha permanecido en un empate estadístico durante meses con el representante Ted Budd, el aspirante republicano conservador que busca que su partido se quede con el escaño del senador Richard Burr, quien se retira.
Budd ha llevado a cabo una campaña de bajo perfil, con la esperanza de subirse a la ola ya que los aliados del partido bombardearon a Beasley con publicidad negativa. Dada la impopularidad del presidente Biden, podría funcionarle; pero si Beasley triunfa, los republicanos serán quienes empiecen con desventaja. Y será significativamente más difícil la posición de los republicanos si el representante Tim Ryan por Ohio, demócrata, también derrota a J. D. Vance, el republicano, en la carrera por el escaño del senador republicano que se retira, Rob Portman.
Será una noche larga para todos
Puede ser que Pensilvania, al hallarse en la zona horaria del Este, dé resultados temprano, pero hay buenas posibilidades de que no sepamos hasta primera hora del miércoles, si acaso, quién va a ganar la reñida contienda entre Mehmet Oz, el médico celebridad republicano, y John Fetterman, el vicegobernador demócrata.
Como en 2020, los funcionarios electorales de Pensilvania no tienen permitido contar las papeletas enviadas por correo sino hasta el Día de las Elecciones. Igual hace dos años, esa regla podría resultar en un “espejismo rojo”, es decir, que el voto presencial favorezca sobre todo al republicano Oz, seguido de una marea azul cuando se tabule posteriormente el voto anticipado que podría favorecer a Fetterman.
Atentos al Oeste para el drama
Ningún estado es mejor ejemplo de la batalla oscilante por el Senado que Arizona. El popular titular demócrata del estado, el senador Mark Kelly, parecía ir en piloto automático hacia la reelección, contrario a los pronósticos de que la suya sería una de las contiendas más difíciles. Pero en las últimas semanas, su oponente, Blake Masters, un candidato muy conservador, se le ha emparejado en las encuestas.
En la vecina Nevada, la carrera para destronar a la titular demócrata en mayor riesgo, la senadora Catherine Cortez Masto, parece estar al filo de la navaja; junto con el gobernador demócrata del estado, un senador, tres integrantes de la Cámara de Representantes y el secretario del estado, todos esos cargos podrían tener una derrota aplastante.
Más al norte, dos titulares demócratas, el senador Michael Bennet, por Colorado, y Patty Murray, por Washington, siguen siendo los favoritos para ganar, pero si en realidad resulta haber una ola republicana, ambos están en riesgo, así como el muro demócrata en el Oeste.
Georgia estará en mente de todos... ¿durante un mes?
Al final es posible que el control del Senado no se decida esta semana. Eso se debe a que la ley de Georgia requiere que el ganador obtenga el 50 por ciento de los votos el Día de las Elecciones. Si ningún candidato lo logra, el 6 de diciembre se llevará a cabo una segunda vuelta.
Consideremos ahora al senador titular, Raphael Warnock, demócrata, y a su contrincante republicano muy resistente, la exestrella de fútbol americano Herschel Walker. Los sondeos han estado muy dispersos en los últimos días de la campaña: hay algunas encuestas que le dan a Warnock una clara ventaja sobre Walker, quien ha pasado las últimas semanas defendiéndose de acusaciones de varias exnovias que afirman que el candidato incondicionalmente antiaborto pagó sus abortos. Otras encuestas le dan a Walker la ventaja. Pero prácticamente ningún sondeo reconocido ha mostrado a ninguno de los dos con más del 50 por ciento de la preferencia de voto.
Algunos funcionarios republicanos insisten que Walker podría llegar a 50 por ciento gracias al éxito de una convincente victoria de reelección del gobernador republicano del estado, Brian Kemp. Pero hace dos años, en unas elecciones especiales, ni Warnock ni la titular republicana que enfrentaba, Kelly Loeffler, llegaron a ese umbral. Ahora, como entonces, una segunda vuelta en Georgia podría definir quién controla el Senado.