Francia pierde la batalla urbana contra el descontento por la reforma a las pensiones
Según autoridades, anarquistas, ultraizquierdistas, y miembros de los chalecos amarillos han hecho estallar la violencia entre las pacíficas y organizadas marchas
PARÍS, FRA.- Una combinación inestable de anarquistas, ultraizquierdistas, y miembros de los “chalecos amarillos”, ha hecho estallar la violencia entre las pacíficas y organizadas marchas que en distintos puntos de Francia exigen un alto a la reforma de las pensiones.
El presidente Emmanuel Macron, al impulsar en el Parlamento su plan de aumentar la edad de la jubilación de los 62 a los 64 años, sin someterlo a votación, desató el descontento que ha puesto fin al estilo de vida de miles de franceses.
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Armados con ladrillos y bombas molotov, cada vez más “radicales” vestidos de negro irrumpen en las grandes protestas pacíficas, atacando a policías. Las autoridades se han referido a los enfrentamientos como “una guerra urbana”.
La violencia estalló el jueves por la noche, en la novena ronda de marchas organizadas por los sindicatos. Los enfrentamientos en Nantes, al oeste del país, en Lyon, en el sureste, y en París, fueron cada vez fueron más brutales.
Jóvenes con los rostros cubiertos con bufandas negras rompieron escaparates, incendiaron la basura de las calles –que sumó 19 días acumulándose debido a la huelga de los recolectores– y arrojaron piedras, bombas molotov y fuegos artificiales a la policía, según pudo constatar The Associated Press.
Los agentes con equipos antimotines arremetieron contra los “elementos radicales”: usaron gas lacrimógeno y porras para contenerlos en las confrontaciones cuya violencia hay ido incrementando desde que las manifestaciones iniciaron en enero.
Según el último informe del Ministerio del Interior, consultado ayer por El País, 441 policías y gendarmes ha resultado heridos, algunos de gravedad, y las fuerzas del orden detuvieron a 457 personas. Sólo en París se produjeron 903 incendios en el mobiliario urbano o en la basura, según el informe.
Debido a los disturbios, el rey Carlos III decidió cancelar su primer viaje al extranjero del como monarca británico. Macron precisó que “el sentido común y la amistad” obligaron a aplazar esta visita real, la cual podría haber sido blanco de los manifestantes.