Draghi inaugura "la nueva casa del euro" entre violentos disturbios

Internacional
/ 28 septiembre 2015

La policía alemana detuvo a cerca de 350 activistas.

Fráncfort, Alemania.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, inauguró hoy la nueva sede del guardián del euro en Fráncfort en medio de violentos disturbios que han sumido la ciudad alemana en el caos desde primera hora de la mañana, con numerosos heridos y detenidos.

Durante su discurso de inauguración en el pequeño acto al que acudieron cerca de cien invitados, Draghi mostró comprensión por los manifestantes que se agolpan en las calles y por los cientos de personas en la Eurozona que han perdido sus fuentes de ingresos y bienestar en los últimos años de la crisis.

"Quieren una solución y una seguridad financiera en la Eurozona. Ese es también el objetivo del BCE", indicó. "Como una institución de la Unión Europea (UE), que ha jugado un papel central en la crisis, el BCE se ha convertido en el foco de los frustrados".

"Sin embargo, posiblemente esto no sea justo, puesto que nuestras acciones tienen como objetivo exactamente suavizar el impacto económico", apuntó.

"Hay algunos, como los que se manifiestan hoy a nuestras puertas, que creen que Europa hace demasiado poco. Estas personas quieren más solidaridad financiera entre las naciones", indicó. "No obstante, la Eurozona no es una unión política en la que algunos países paguen permanentemente por otros".

Junto a éstos, Draghi criticó que haya otros "como los partidos populistas" que emergen en Europa por creer que Europa está haciendo demasiado y abogan por renacionalizar sus economías y recuperar la soberanía económica. Sin embargo, a su modo de ver, ni los primeros, ni los segundos ofrecen una "solución real".

En este punto, Draghi insistió en que aunque la solidaridad es un punto central de la integración europea y que algunos países deben apoyar a otros en la crisis, "siempre estuvo claro que cada país del euro debe poder sostenerse con sus propios pies y que cada uno es responsable de su política".

"Que algunos países deban aplicar difíciles reformas no es algo que venga dictado desde el exterior, es una consecuencia de sus decisiones pasadas", apuntó con la mirada puesta en Grecia.

Asimismo, Draghi aprovechó la inauguración de la millonaria sede para calificarla como "un símbolo para el euro, para la estabilidad de precios y con ello, para el crecimiento conjunto de Europa".

De acuerdo a Dragi, el nuevo edificio será conocido como "la casa del euro". "Es un símbolo de lo mejor que Europa puede alcanzar de manera unida, pero también un símbolo de por qué Europa no debería arriesgarse nunca a separarse", declaró.

En un principio estaba prevista una gran inauguración con numerosos jefes de Estado y de gobierno, pero las protestas llevaron a los organizadores a reducirlo a un pequeño acto. "Creemos que este formato es el adecuado a un tiempo en el que para el BCE la atención se centra en cumplir su mandato y no en celebrar grandes fiestas", informó un portavoz del organismo europeo.

Los cerca de 2,600 trabajadores del BCE se mudaron a principios del pasado mes de noviembre a las dos torres acristaladas de 165 y 185 metros de altura en el este de Fráncfort.

Las dos espectaculares torres están unidas a través del antiguo mercado central de la ciudad de 1928, protegido como monumento histórico, y todo el conjunto ocupa una zona de cerca de doce hectáreas.

"Entre 1941 y 1945 se deportaron a más de 10,000 judios de Fráncfort desde aquí a los campos de concentración", recordó Draghi. "Por ello se ha levantado un monumento conmemorativo en la parte este del edificio para recordarnos, y a los que vengan después, que los hechos nunca se pueden olvidar", dijo Draghi. "Europa no debería nunca más volver a pelearse", agregó.

Con un coste estimado actualmente en 1,300 millones de euros, que lo convierten en uno de los edificios más caros de Alemania y que ha suscitado enormes críticas, el nuevo hogar del guardián del euro -a tres kilómetros de la antigua sede- se alza de manera imponente en el horizonte de la ciudad alemana.

A través de la entrada principal los trabajadores acceden al interior del luminoso edificio del antiguo mercado central que atraviesan para llegar a sus oficinas en alguna de las dos torres acristaladas, comunicadas por plantas intermedias concebidas como plataformas para que los empleados se puedan encontrar.

El nuevo edificio, que cuenta con cascadas artificiales, ha sido diseñado por el estudio de arquitectura Coop Himmelb(L)au y ofrece espacio para 2,900 trabajadores.

Detienen a 350 activistas en protestas durante inauguración del BCE 

La policía alemana detuvo hoy a cerca de 350 activistas en los fuertes disturbios originados en el centro de Fráncfort con motivo de la inauguración de la nueva sede del Banco Central Europeo (BCE).

"Cometieron actos delictivos en diversos puntos de la ciudad", informó una portavoz de la policía de la ciudad alemana, en el oeste del país.

Asimismo, al menos 88 agentes han resultado ya heridos, según datos de la policía. Mientras, desde el movimiento anticapitalista Blockupy -organizador de las protestas contra la política de crisis de la Unión Europea- también informan de un gran número de heridos en sus filas.

Fuego, sangre y humo en el corazón de la eurozona 

Coches incendiados, caras ensangrentadas y una nube de humo eclipsando la lujosa nueva torre del Banco Central Europeo (BCE): muchos esperaban disturbios en la inauguración de la nueve sede del banco en Fráncfort, pero nadie contaba con semejante estallido de violencia en pleno corazón de la eurozona.

Desde la madrugada las calles de Fráncfort se llenaron de miles de manifestantes de toda Europa dirigiéndose al barrio bancario para unirse a la protesta convocada por el movimiento anticapitalista Blockupy contra la austeridad y contra el BCE. La marcha derivó en disturbios ya a primera hora de la mañana.

"¡A la fiesta!", gritaba una mujer disfrazada de payaso. Un grupo derribaba un cartel publicitario, en otra calle ardía un contenedor. Era sólo el preámbulo de una mañana de incidentes que escalaron hasta extremos inéditos hace años en Fráncfort.

Cuando la multitud llegó a una plaza cerca del BCE, varios encapuchados se acercaron a un coche de policía y le prendieron fuego.

Otros arrastraron una valla de una obra para bloquear una calle. También un coche estacionado fue convertido en piquete e incendiado. Un encapuchado arrojó una piedra a otro vehículo estacionado. "¡Basta! ¿Qué hacen?", le gritó un manifestante. El encapuchado salió corriendo.

En la plaza no había señales de los miles de policías movilizados por la protesta. La mayoría se había desplegado directamente en torno a la nueva sede del BCE para formar un cordón policial en la zona de seguridad fijada por las autoridades.

En un punto cortado por la policía comenzaron a agruparse los miles de activistas que iban llegando. Algunos se treparon a árboles. Un coche hizo sonar música tecno a todo volumen y varios comenzaron a bailar. Un grupo de franceses pintaba paraguas.

Súbitamente, como siguiendo una orden, todos corrieron hacia la barricada policial. Los agentes respondieron con granadas de gases lacrimógenos que hicieron el ambiente irrespirable. El intento de asalto a la nueva torre de 1.300 millones de euros (1.370 millones de dólares) se vio frustrado, pero dejó varios heridos de ambos lados.

Cerca del lugar, varios manifestantes asaltaron una tienda de neumáticos, se llevaron varios y les prendieron fuego en medio de la calle. Una gruesa columna de humo negro se elevó sobre el cielo de Fráncfort y dejó simbólicas fotos de la imponente torre del BCE envuelta en la nube.

Entre tanto, tras el primer intento de asalto comenzaron horas de policías y activistas persiguiéndose por las calles de la ciudad mientras la televisión transmitía las escenas en directo. Pronto se sumaron camiones hidrantes para dispersar a los manifestantes.

La rápida degeneración de la jornada en disturbios dejó hasta 350 detenidos y decenas de heridos ya antes de mediodía y frustró no sólo a los vecinos de Fráncfort, sino también a muchos de los activistas que esperaban una protesta firme y colorida, pero pacífica.

"Esto es una decepción. ¿Por qué hay que incendiar todo?", se preguntaba un activista danés. De fondo, un megáfono lanzaba el mensaje: "¡Revolución!". Otro decía: "¡Tomamos la calle!".

También el portavoz de Blockupy, Thomas Occupy, se mostró frustrado por la evolución de la protesta. "Nos habíamos imaginado la jornada de otro modo", admitió. Pero también insistió en mostrar su "gran entendimiento" con "la furia de la población" y la atribuyó a las políticas de crisis en Europa.

Mientras la tensión crecía en la calle, el presidente del BCE, Mario Draghi, inauguraba ante la prensa la lujosa torre en un breve acto.

# Información para el editor

## INTERNET - [Video de incidentes publicado por policía alemana](http://dpaq.de/PgZhQ)




Por Harald Schmidt, Laura Lewandowsky y Peter Zschunke/DPA

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