El "abogado del diablo" Jacques Vergès muere a los 88 años

Internacional
/ 29 septiembre 2015

Además de Hussein, Barbie o Chacal, defendió a terroristas palestinos o a acusados ligados a la Fracción del Ejército Rojo (RAF) alemán.

París, Francia.- El letrado francés Jacques Vergès, apodado "el abogado del diablo" por defender en juicios a dictadores, criminales de guerra o terroristas, murió de un ataque al corazón en la noche del jueves en París a los 88 años, confirmó hoy el Colegio de Abogados de Francia.

Vergès, famoso por defender a dictadores como el iraquí Saddam Hussein, al criminal nazi que lideró la Gestapo Klaus Barbie, al ex líder yugoslavo Slobodan Milosevic o al terrorista venezolano Carlos ("Chacal"), murió en una vivienda en París en la que también vivió el filósofo y dramaturgo francés Voltaire en el siglo XVIII, lo que muchos han querido ver como el acto final de una historia también épica.

Nacido en Tailandia, aunque otras versiones señalan que nació en Laos en 1924 o 1925, Vergès see crió en la isla francesa de Reunión, que abandonó a los 17 años para unirse a las Fuerzas Francesas Libres (FFL) en Londres.

Al final de la Segunda Guerra Mundial se afilió al Partido Comunista, que abandonó en 1957 por considerar demasiado tímido su apoyo a la lucha de liberación de Argelia contra Francia, de cuya causa era un defensor apasionado.

Estudió derecho e historia. Como presidente de los estudiantes de países coloniales conoció al líder del régimen de los Jemeres Rojos en Camboya, Pol Pot. Y tras la guerra de Argelia fue incluso ciudadano y asesor presidencial en ese país.

Como abogado defendió a combatientes revolucionarios y acusados de terrorismo. Una de sus clientes, la miliciana argelina Yamila Bouhired, se convirtió después en su esposa. "Los sembradores de bombas son sembradores de preguntas", argumentaba.

A sus clientes les gustaba su secretismo y también su talento ante los tribunales. Además de Hussein, Barbie o Chacal, defendió a terroristas palestinos o a acusados ligados a la Fracción del Ejército Rojo (RAF) alemán. "Habría defendido también a Hitler", reiteró una y otra vez.

Especialmente misterioso es un capítulo en su vida ocurrido en 1970, cuando desaparició, dejando a su mujer y su hija durante ocho años. Y cuando reapareció tan sólo dijo que había estado en "unas largas vacaciones muy lejos en el este de Francia".

Los rumores sobre su destino van sobre un supuesto trabajo durante ese tiempo para el régimen de Pol Pot en Camboya o para el KGB en Moscú.

A Vergès le encantaban las provocaciones y los titulares sobre su persona. "Alimento mi propio culto", reconoció una vez el abogado a quien también gustaba citar a Nietzsche.

Durante su vida fue gaullista, estalinista, combatiente por el Tercer Mundo y abstencionista.

Hoy, sus compañeros le rindieron tributo. "No hay muchos gigantes de los tribunales, pero sin duda él era uno", dijo Georges Kiejman, representante en los tribunales del ex presidente francés Jacques Chirac o el director de cine Roman Polanski.

"Era controvertido, pero al mismo tiempo un hombre admirable", comentó el presidente de la Cámara de Abogados, Christian Charrière-Bournazel. Su independencia, valor y su talento impresionaron al mundo.

Lo que está claro es que con la muerte de Vergès, muchos secretos de la historia del siglo XX se van también a la tumba.

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